Diario de León

BALONMANO

Capitulación ante la lógica

Fede Vieyra lo intentó aunque no tuvo una gran noche

Fede Vieyra lo intentó aunque no tuvo una gran noche

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A. O. | LA RIOJA
León

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«La realidad es que el Naturhouse nos ha demostrado que está cinco goles por encima de nosotros». La frase la dijo al final del partido el técnico del Abanca Ademar, Rafa Guijosa, para resumir la derrota que ayer sufrió el equipo leonés (32-27) ante el Naturhouse La Rioja, segundo clasificado de la Liga Asobal y uno de los gallos de la Liga de Campeones. Ganar en la cancha riojana precisaba la mejor versión del Ademar y la primera mitad invitaba al optimismo con un equipo intenso en defensa, acertado en ataque y con Cupara exhibiendo su gran nivel bajo los tres palos. En la segunda parte, el guión cambió. La escuadra ademarista entró fría, no cogió el ritmo al partido y permitió que el Naturhouse, ayudado por las numerosas y rigurosas exclusiones con que castigaron al equipo de Guijosa, se fuese con una renta de cuatro y cinco goles que ya fue inalcanzable. Las victorias de Granollers y Cangas, le bajan a la quinta plaza.

Fue posible en Granollers, pero no en Logroño. El Abanca Ademar León llegaba al Palacio con la intención de creer en la segunda plaza de Asobal, para lo cual debía imponerse a un Naturhouse que, en liga, sólo ha cedido un empate. Pese a un buen inicio, el paso de los minutos constató que la defensa de los riojanos, si se ponen en plan, desquicia a cualquiera. Si a ello se le suman las numerosas exclusiones recibidas por los hombres de Rafa Guijosa, con las consiguientes inferioridades, es entendible una derrota (32-27) en la que Malmagro anotó un tercio de los goles de su equipo.

La diferencia final, sin embargo, no refleja el esfuerzo de los locales para imponerse a un Ademar que mantuvo el equilibrio gracias a que supo cómo jugar durante bastantes fases de una primera parte en la que la igualdad fue la tónica. Los de Rafa Guijosa comenzaron con brío, buscando las transiciones rápidas con goles supersónicos tras haber encajado. Al Naturhouse le costaba adaptarse a la velocidad que imprimían los visitantes que, apoyados en un inspirado Cupara, iban siempre por delante en el marcador. Cierto que con ventajas mínimas, pero siempre un paso por encima de un conjunto anfitrión al que le costaba encontrar la fluidez en el juego y que salió de inicio con una defensa 5-1 que no acabó de cuajar. Kappelin no permitía tampoco muchas alegrías a los riojanos, lo que limitaba la capacidad de poder contragolpear. Por el contrario, el que sí lo hacía era Ademar. Carrillo, con 7 goles en la primera media hora, encontraba una autopista para martillear una y otra vez.

Entró en acción Molina después de que Carrillo pusiera la máxima para los leoneses (9-11, min. 18). El cordobés anotó tres goles consecutivos de raza para voltear el marcador y poner por vez primera a los suyos (12-11, min. 23) por delante. Los de Rafa Guijosa estaban bloqueados en ataque, siempre llegando al límite del tiempo permitido y topándose con Kappelin, que producía para el Naturhouse. Mención especial el último tanto de Malmagro, con el tiempo ya cumplido, de golpe franco y superando la barrera para colocar un 15-13 al descanso.

Era vital para Ademar salir con otra predisposición en ataque ante una defensa riojana que había intensificado las manos y la velocidad. Vigo y Malmagro aumentaban la distancia para llegar al 17-13 (min. 33). Hubo intercambio de goles después de hasta tres exclusiones seguidas que dejaron a los leoneses con 4 jugadores más el portero, lo que provocó que los locales, tras dos tantos seguidos de Ángel Fernández, alcanzaran los 5 de diferencia (20-15, min. 37). El partido quedó sentenciando, aunque el Abanca Ademar quiso morir matando y no se rindió hasta el bocinazo final.

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