Rodillo de juego y goles
El Barcelona refrenda su momento dulce endosando una goleada a la Roma y sella de forma definitiva su liderato de grupo. Messi y Luis Suárez hacen doblete .
La vida le sonríe al Barça. Tres días después de tocar la gloria en el Bernábeu, los azulgrana volvieron a destapar el frasco de las esencias, en este caso en Champions, y tras golear, más bien humillar, a la Roma (6-1), sellaron el pase a los octavos como primeros de grupo.
Los blaugranas necesitaban un punto y fueron a por los tres desde el pitido inicial. Para qué especular si el equipo está de dulce y le sale todo. Pared que busca, pared que le sale, igual que las triangulaciones, los cambios de orientación y las definiciones individuales. Los azulgrana van sobrados de confianza.
El choque lo tenía todo. La euforia aún fresca del clásico en Chamartín, un adversario italiano, que siempre le pone glamur, Messi regresaba al once, el tridente se juntaba de nuevo dos meses después y por tanto era una buen ocasión para celebrar el buen momento por todo lo alto. ¿Cómo? Continuando la jugada donde la habían dejado cuando Messi cayó lesionado. Cualquiera lo diría, pero el equipo de Luis Enrique ha experimentado un cambio espectacular en las ocho semanas de ausencia del argentino.
Con ganas saltó el Barça que en 10 minutos ya tuvo cuatro ocasiones claras de gol. La Roma adelantaba la defensa y los hombres de Luis Enrique sorprendían con rupturas desde la segunda línea o con balones verticales desde la medular. Así llegó el primero, antes del primer cuarto de hora. Neymar, casi desde el centro del campo, lanzó sobre la internada de Alves en el extremo, el brasileño hizo el pase de la muerte y Suárez solo, sin portero, marcó el primero. A los genios, la inspiración les cogió trabajando y, poco después, sin que los romanos tuvieran tiempo de reaccionar, Neymar, Suárez y Messi firmaron una triangulación espectacular al primer toque. Un escándalo de gol, el primero de Messi y el argentino que empezaba a olvidar su larga ausencia. Los dos goles templaron una pizca el juego del Barça, que a partir de ahí se tornó menos vertical y algo más espeso. Pero Suárez no entiende de juego especulativo y cuando el partido estaba a punto de concluir en su primer acto, agarró un voleón que perforó la escuadra de Szczesny.
Sin embargo, aún quedaban 45 minutos. Y al festival azulgrana aún le quedaban unas cuantas guindas. La primera la de Piqué, también la de Messi, que se llevó para casa un doblete en el día de su reaparición; y hasta la de Adriano. Ter Stegen se unió a la fiesta atajando un penalti lanzado por Dzeko. El bosnio, al menos, pudo desquitarse y en el 92’ hizo de cabeza el de la honrilla.