Diario de León
Publicado por
JESÚS ALAÑÁ
León

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Desde mi jubileo

En un plano absolutamente ciudadano, asisto perplejo a debates políticos en los que los ciudadanos somos los que menos contamos: los pisos siguen sin bajar de precio (alquileres incluidos), seguimos siendo los que más impuestos pagamos, continuamos soportando las mayores cargas, no paran los desahucios y, entretanto, los políticos se llenan la boca de buscar nuestro bien sin darnos las gracias por nuestros votos, que digo yo que algunas tendrían que dar porque esos sufragios les permiten seguir en el machito de los jugosos sueldos que al bolsillo se meten (y se meterán, porque ya lo han aprobado previamente en el Congreso de los ‘Disputados’) olvidándose de agradecer por ello a quienes han metido su papeleta en la urna, incluidos quienes (perdón por la inconveniencia) siguen creyendo en las demagogias de los que aparecen en los carteles pensando, en su ingenuidad, que les van a sacar las castañas del fuego.

Pero es que la ingratitud campa a sus anchas en todos los campos de la vida diaria. Sirvan como ejemplo? los medios de comunicación. Defensor como siempre he querido ser de esos medios, los últimos resultados de eso que llaman Estudio General de Medios (en el que nunca he creído, y de ello hay constancia) me llevan a pensar que esa palabra, unida a insolidaridad, campa a sus anchas entre quienes se supone que deberíamos ser transmisores de la realidad y defensores de la verdad.

Dentro de ello, además, defensores de nuestros puestos de trabajo. Ha sido nuestra profesión periodística la que (después de la construcción) ha registrado mayores porcentajes de paro desde el 2007. Parece que quienes hablamos, escribimos o preparamos imágenes informativas no nos hemos dado cuenta del esfuerzo que algunos de los profesionales y algunos dirigentes de nuestras empresas hemos hecho por lograr dentro de nuestras posibilidades que el mayor número posible de compañeros siguieran trabajando. Y sin buscar gratitud a cambio de ello.

Es por eso por lo que, confesando mi mal café, creo que deberíamos tener la necesaria humildad para aprender a decir gracias, para mostrar gratitud en lugar de ingratitud… empezando desde arriba porque, entre otras cosas, los que más arriba están son los primeros que deberían de predicar con su ejemplo y demostrar que no es una deshonra el reconocimiento de lo que haga el que tienes al lado o detrás de tí.

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