Exhibición de pegada y victoria por k.o.
El BM Aragón sólo aguantó diez minutos el empuje de un Abanca Ademar que lo arrolló y que se carga de moral para el intenso final de primera vuelta que le espera.
Seguro que recuerdan al Mike Tyson de la época dorada. Sonaba el campanazo del primer asalto, salía al ring con gesto ceñudo, tanteaba unos momentos a su rival y de repente soltaba un gancho y un crochet y... otro k.o. fulminante que añadir a su colección. Algo parecido se vio ayer en el Palacio de los Deportes. Cambien a Tyson por el Abanca Ademar y al rival por el BM Aragón y la historia podría contarse de la misma forma. Bastó que el equipo de Rafa Guijosa se ajustase mínimamente en ataque y en defensa para convertirse en una máquina bien engrasada que trituró a un conjunto maño que refrendó en el feudo leonés su condición de colista. El resultado final lo explica todo: un 41-22 que refleja tanto las distancias que puede haber en esta Liga Asobal como las que ahora mismo separan a leoneses y maños. Pero ojo, es el mismo equipo que hace una semana derrotó con solvencia al Teucro, un bloque que ayer forzó un empate a 32 con el Cangas, tercer clasificado de la liga, en el derbi gallego.
Al margen de los dos puntos, —muy importantes en el reto de estar entre los tres o cuatro primeros— y de la gran exhibición de pegada, tal vez lo más destacable es que el fondo de armario del equipo leonés respondió. Dieron la talla, aprovecharon sus minutos y le demostraron a Rafa Guijosa que puede contar con ellos. Cuando sonó el bocinazo final, el siete que tenía el Abanca Ademar en pista estaba formado por Biosca en la portería, Zildzic, Jaime, Javi García, Rodrigo, Carrillo y Denis Tot. Con ellos se firmó esa ventaja final de 19 goles. Todos marcaron (de hecho anotaron todos los jugadores que saltaron a pista algo poco habitual) y algunos como Denis Tot haciendo cinco dianas y jugando de lateral cuando su puesto natural es el de extremo.
En todo caso, al equipo leonés le costó algunos minutos cogerle el pulso al partido. Ayer de entrada, el brasileño Leo Santos, como sucediese ante Anaitasuna fue el encargado de actuar de central para cubrir la baja por lesión de Acacio. En defensa, el habitual 6-0 que gana mucho en contundencia con Juanjo Fernández y Carou en el centro. Pero el Abanca Ademar empezó con demasiadas imprecisiones en ataque y sucesivas y sorprendentes pérdidas de balón. La defensa no terminaba de ajustarse bien y el ataque no fluía. Como resultado, un empate a tres en el minuto siete que no satisfacía a la parroquia. Guijosa cambia a un desafortunado Vieyra por Tot que ejerce de lateral y el cambio da sus frutos. Se abre la primera brecha con Juanín de punta de lanza: 6-3 apenas tres minutos después.
El guión se empieza a ajustar a la realidad esperada. Con 10-4 el técnico del BM Aragón, Miguel Ángel Martín, entendió que había que intentar frenar la velocidad crucero del equipo marista con el primer tiempo muerto del partido en el ecuador de la primera mitad.
Pero eso ayer era como intentar ponerle puertas al mar. El meta serbio Cupara (otra actuación enorme con casi un 61% de acierto) y la defensa leonesa están asfixiando al ataque maño. Y por si fuera poco su velocidad descompensa una vez sí y otra también el balance defensivo del BM Aragón. Piñeiro y Juanín culminan dos contras seguidas y ponen la máxima renta hasta entonces: 16-5. Once goles a falta de diez minutos para ir al descanso. El partido está roto y sentenciado.
El asunto está claro. Guijosa lo ve así también y pone en pista a Rodrigo en el central. El canterano en su primera acción firma un tanto marca de la casa colándose por un resquicio de la defensa aragonesa para hacer un gol muy aplaudido y vitoreado por la grada. Con jugadores menos habituales disfrutando de minutos el equipo leonés se va al descanso doce goles arriba: 21-9.
A la vuelta, más cambios. Biosca releva a Cupara en portería y Carrillo a Juanín.
Lo único malo es que la tremenda superioridad demostrada por los de Guijosa en la primera parte le quitó al envite ese punto de incertidumbre que siempre es necesario para el mejor espectáculo. La defensa se relajó un tanto y el partido se convirtió en un intercambio de goles. Guijosa puso en pista a los menos habituales y todos dieron la talla: Rodrigo, Javi García, Jaime, el croata Tot e incluso Diego Piñeiro hizo ayer un partido que le hacía falta. El pivote gallego demostró toda su clase y convirtió en gol todo balón que le llegó al igual que Javi García cuando cogió el relevo.
En la recta final, con cuatro jugadores del Abanca Ademar en pista por una doble exclusión, Carrillo corta un balón, monta la contra y la finaliza Denis Tot con un golazo de rosca que electrizó a la grada. Fue a mejor metáfora del partido, definitoria de la enorme superioridad ayer del equipo leonés.
PIÑEIRO
Necesitaba Diego Piñeiro un partido así. Fue el máximo goleador marista con seis tantos. Transformó todo lo que le llegó.
TOT
El polivalente jugador croata está teniendo más minutos y los aprovecha. Ayer volvió a actuar de lateral y sumó cinco tantos.