BALONMANO Copa Asobal | El ambiente
Una final deslucida
Sin el Abanca Ademar en el partido, el Palacio reduce sus decibelios menos cuando había que pitar a Raluy y Sabroso.
La Diputación promocionó la provincia en el Palacio.
La ausencia del Abanca Ademar en la final de la Copa deslució el ambiente de un partido que, al menos, en la grada resultó tibio. No sonaron los tambores de guerra ni vibró el Palacio. Aún retumbaba en la memoria la eliminación del equipo leonés. Y eso se notó en la grada.
Un silencio sólo roto cuando apareció en escena la pareja arbitral que 24 horas antes había juzgado la segunda semifinal. Guijosa denunció su mala praxis en la rueda de prensa posterior al encuentro. Y los aficionados les brindaron ayer una sonora pitada que reprobaba el papel jugado por Raluy López y Sabroso Ramírez. Les despidieron de la misma manera. No son bienvenidos en León. De hecho, no es la primera vez que tienen que salir por una puerta lateral del pabellón para burlar el malestar de la gente. Pero agua pasada no mueve molino y atrás queda ya una Copa Asobal sin sorpresas. Al menos en lo deportivo. Porque el trofeo cayó del cielo. O del tejado. Lo llevó hasta el centro de la pista una chica que bajó por una tirolina.