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jugador polivalente del abanca ademar

El jugador que desafía a la lógica

Un físico de extremo esconde a un lateral que se reinventa como central.

f. otero

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León

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georgino fernádnez | león

Llega puntual a la cita con su aspecto de universitario aplicado —realmente lo es y ya está en tercero de Derecho— y de cerca, Rodrigo Pérez, no hace sino reafirmar la opinión de que es un jugador que va contra la lógica. Especialmente de las leyes físicas que en el balonmano mandan mucho. Su 1,78 de altura y 75 kilos de peso apuntan claramente a las medidas de un extremo pero lo cierto es que este canterano del Abanca Ademar de sólo 21 años siempre ha jugado como lateral derecho. Desde sus primeros tiempos en el patio de los maristas fue esa en la posición donde se sintió más cómodo y aunque Manolo Cadenas intentó reconducirlo al extremo cuando cogió el equipo en su segunda etapa la verdad es que no cuajó.

«No sé como terminé de lateral. Cuando eres pequeño no tienes muy clara la posición en la que vas a jugar pero luego en infantiles ya te empiezas a definir, empecé a jugar en el lateral derecho. Llevó ahí toda la vida y es donde más cómodo me siento. Cuando subí al primer equipo con Manolo Cadenas hicimos probaturas pero era totalmente nuevo y no cuajó, me costaba ser eficaz. Con Dani Gordo empecé a alternar como lateral y como central y ahora Rafa quiere que juegue básicamente como central. Me dijo que me veía con opciones de convertirme en un buen central y en eso estoy. Es una posición en la que me siento bastante cómodo».

En esa posición fue clave el pasado sábado en la apurada victoria ante el Guadalajara. Cuando el partido estaba en el aire en los minutos finales, el técnico ademarista recurrió a él para oxigenar el atascado ataque del equipo y dos goles suyos marca de la casa —entrando con decisión temeraria en los huecos de la defensa rival— fueron decisivos para sumar dos puntos de oro.

No se le ha olvidado. «Salí con la idea de hacerlo bien. Sabía que era un momento ajustado porque no habíamos podido romper el partido y cuando Rafa me saca quiere eso, algo diferente: explosividad y acciones rápidas metiendo una velocidad más para intentar romper el partido. Por suerte salió bien».

En su caso el asunto se complica cuando por lo general debe verse las caras con tipos que le sacan veinte centímetros y veinte kilos. «No es fácil pero trato de no pensar eso y hacer lo que sé hacer, que es aprovechar mi capacidad en el uno contra uno para desequilibrar las defensas rivales y de eso trato de servirme». Exactamente eso es lo que lo define. «Me considero un jugador muy rápido y muy explosivo; en espacios pequeños soy capaz de hacer mucho daño a las defensas rivales bien para finalizar o para generar espacios para los compañeros». Pero sabe también que hay aspectos a mejorar. «Básicamente en defensa; si quiero conseguir más minutos debo mejorar ese aspecto para intentar no hacer tantos cambios ataque-defensa».

Y en eso está: «Trabajo para ir ganando minutos en el equipo y la confianza de Rafa». Renovado ahora considera que, a pesar de ir contra la lógica, se cuenta con él.