Marianín, medio siglo de leyenda

ÁNGEL FRAGUAS | LEÓN

Mariano Arias Chamorro ‘Marianín’ (Fabero, 1946) hace 50 años que se estrenó en el fútbol en categoría nacional. Deleitó con un juego pleno de fuerza, calidad y goles, muchos goles, al fútbol leonés y asturiano. Dianas que llevaron su firma en Primera División cuando militaba en el Real Oviedo, que le auparon al Pichichi en la temporada 1972/73 con 19 goles, además de vestir la camiseta de la selección española el 17 de octubre de 1973 en Estambul ante Turquía. El partido acabó con empate a cero y Marianín salió en la segunda parte supliendo a Clares.

«Recuerdo emocionado como si fuera hoy el flamear de pañuelos en las gradas del Tartiere al marcar el segundo gol frente al Real Zaragoza. Cogí el balón casi en el medio del campo y tras sortear a varios rivales marqué un gol que fue el delirio en el campo. Fue el gol que sentenció el encuentro con el 2-0 con el que concluyó», indica Marianín con tono emocionado.

A continuación, expresa: «Otra tarde de la que nunca me olvidaré fue ante el Athletic de Bilbao en San Mamés. Perdíamos 2-0. Y de golpe y porrazo le metí tres goles a Iribar. Nos pusimos 2-3, pero en los minutos finales nos empató el Athletic y el resultado final fue de 3-3»

También es un mito del culturalismo. «Pasé unos años excepcionales en León y en la Cultural. El ascenso a Segunda División fue impresionante, con toda la ciudad volcada con el equipo. Recibí un trato extraordinario. Teníamos un equipazo. Los Villafañe, Ovalle, Félix, Piñán... serán hermanos mientras viva», apunta con gesto rotundo.

El oviedismo tampoco le olvida. Partidazos en Primera División. Batallas que acabaron en gesta. Hasta conquistar el Pichichi, trofeo que premia al máximo goleador del campeonato de Liga en Primera División. Lo logró al anotar 19 goles.

«Agradezco el trato dispensado en el Real Oviedo, cuando me homenajearon con motivo de haber conseguido el gol mil en la historia del club ovetense. Recuerdo que ese gol mil del Real Oviedo lo marqué frente al Atlético de Madrid». Son leyendas de un futbolista leonés grande entre los grandes de Primera División. Siempre con el cañón a punto y sobre todo su cabeza de oro. Testarazos descomunales con un poderío en el salto en suspensión extraordinario para conseguir goles de auténtico genio. Un goleador leonés al máximo nivel, tanto nacional como internacional.

Marianín, agachado en el centro, cuando defendía los colores del Real Oviedo. DL

Marianín, agachado primero por la derecha, en el Fabero. DL

Marianín tampoco olvida sus orígenes. Antes de llegar a la cumbre como futbolista se formó como jugador en el equipo de su pueblo, el Deportivo Fabero. Pero fue en la temporada 1966/67 cuando inició su periplo futbolístico en categoría nacional, justo hace medio siglo. Una leyenda de fútbol en leonés por los cuatro costados. Jugó en Tercera División con el Atlético Bembibre. Su extraordinario rendimiento y dotes goleadoras le condujeron a la temporada siguiente a la Cultural y Deportiva Leonesa. En la campaña 1970/71 fue el máximo goleador de todas las categorías nacionales con 36 tantos, que valieron para que la Cultural subiera a Segunda División, en una tarde memorable que puso León patas arriba.

Sus actuaciones destacadas en la Cultural le llevaron a fichar en 1972 por el Real Oviedo, que acababa de subir a Primera División. Se estrenó en la máxima categoría del fútbol nacional el día 2 de septiembre de 1972, en un partido contra Las Palmas donde ya apareció como protagonista de su equipo para anotar un gol. Esa campaña consiguió ya la nada despreciable cifra de 18 tantos más, y con uno más, con un total de 19 dianas se convirtió en el Pichichi de la temporada 1972/73 de Primera División.

Después, su extraordinario rendimiento le condujo a debutar con la selección española en Estambul frente al combinado de Turquía, choque que acabó con empate a cero goles en el marcador.

En el Real Oviedo militó durante cuatro temporadas más, dos de ellas en Primera División y las dos restantes en Segunda División. Las lesiones caracterizaron sus últimas campañas en el equipo ovetense y le impidieron jugar con regularidad en el conjunto asturiano. «Nunca me desmoralicé y traté de ayudar en todo lo que pude al equipo. El fútbol también tiene su parte mala, que son las lesiones», reconoce. Esta circunstancia le llevó a dejar el Real Oviedo en 1977 para volver a la Cultural y Deportiva Leonesa, que militaba en Segunda División B. Un año más tarde puso el punto final su carrera como futbolista en el equipo de su pueblo natal, el Deportivo Fabero. «Tengo recuerdos del fútbol que perdurarán en mi mente mientras viva», reconoce el emblemático Marianín.

g g g