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FÚTBOL. SEGUNDA DIVISIÓN

Naufragio tras naufragio

Ignasi Miquel y Alan Baró muestran su despesperación tras recibir uno de los tantos marcados por el cuadro bilbaíno. LOF

Publicado por
León

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f. roberto otero | bilbao

La Deportiva volvió a naufragar. Ahora en San Mamés. Podría decirse que el símil y la realidad se unen, porque la lluvia volvió a estar presente. Pero eso ya no es excusa. El equipo concedió demasiado, se mostró muy blando y en líneas generales hasta facilitó el triunfo ante un rival con calidad que hasta ayer estaba carente de gol. Ayer ganó 4-2, pero si hubiese metido 7 u 8 tampoco cabría haberse extrañado. De hecho, fue una de las primeras cosas que reconoció Fabri en sala de prensa.

El debut «oficioso» de Fabri no fue como se esperaba en el campo. Aunque si hablamos de la alineación, más o menos sí que se mostró lo ensayado en los entrenamientos. Pero lo cierto es que ni Seoane ni Casado estuvieron bien por bandas, Moldován se mostró inseguro, el centro de la zaga dio facilidades, Pablo Infante sólo apareció al principio, Hume estuvo desasistido y el centro del campo, aun con tres jugadores por la parte central, no sostuvo el equipo. Aguza fue titular, igual que el canadiense.

El trabajo táctico de la semana no se notó en el primer tiempo. La Deportiva fue tan desastre como coladero en el primer tiempo y pudo dar gracias de irse viva al intermedio. Porque el Bilbao Athletic tiró 12 veces a puerta, marcó dos goles, mandó dos esféricos al poste y rondó el gol en casi todas las llegadas al área. La entradas por los costados siempre eran claras y en superioridad y el cuadro berciano se dedicaba a achicar balones como podía. Estaba claro que así antes o después iba a llegar el 1-0, sobre todo si tenemos en cuenta que el equipo no es ningún dechado a nivel defensivo.

Fabri optó por reforzar el centro del campo con cinco hombres, pero el equipo no tuvo el balón y se limitó a intentar salir al contragolpe. La posesión del conjunto de Ziganda en el primer acto se acercó al 70%.

En el minuto 1 Aketxe, la pesadilla del equipo blanquiazul, ya había mandado al poste. Aunque en el 2 la SD Ponferradina perdonaba la mejor ocasión del choque. Pablo Infante conseguía colarse por la izquierda hasta línea de fondo, la ponía atrás, Remiro tocaba y dejaba el balón muerto y Hume, sin oposición, mandaba fuera.

El equipo berciano no tuvo personalidad ni posesión ni control ni juego ni llegada ni ocasiones... Y el cuadro local demostró más calidad, convicción, dominó, tocó y encontró los puntos flacos del cuadro deportivista con facilidad, puntos que por otra parte abundan hoy por hoy.

El 1-0 llegó en una de las múltiples llegadas por banda del cuadro vasco. Aketxe, que nunca había hecho un hat trick, lo logró ayer. Otro palo local y el 2-0 en un defectuoso saque al centro por parte de Moldován que Aketxe no perdonó. El 2-1 de Acorán al borde del descanso era un rayo de esperanza, quizás inmerecido. Su autor fue Acorán al completar un slalom en la mejor acción del conjunto deportivista. Y eso que fue una jugada personal.

La salida del segundo tiempo no fue muy diferente. Fabri intentó adelantar líneas, pero el equipo vasco salía bien de la presión. Sólo con dos minutos gastados Caiado sustituía a Hume en la punta del ataque. El canadiense estuvo muy solitario y desasistido en la punta.

La fragilidad defensiva se seguía mostrando sobre todo en las acciones a balón parado y así llegó el 3-1. Falta innecesaria en un costado, cuelga el equipo local, la zaga es incapaz de despejar hasta por dos veces el balón en el área pequeña y Santamaría acaba aprovechando las facilidades para destrozar las opciones y puede que falsas ilusiones creadas con el 2-1.

Fabri dio entrada a Jebor por Andy, dejando a dos en el medio y retrasando a Caiado a la mediapunta. El luso había ocupado puesto en la punta del ataque cuando suplió a Hume.

Melero al fin se atrevió a pegarle a puerta y la Deportiva se volvió a meter en el marcador. El madrileño recuperó un balón en las inmediaciones del área y tras un recorte anotó de fuerte disparo. Pero de nuevo el gol era un espejismo. Sólo siete minutos después y sin que la Deportiva hubiese pasado a la acción atacante, Aketxe sorprendía a Moldován en un tiro directo de falta para hacer el 4-2. En esta segunda parte el cuadro rojiblanco tiró nueve veces por tres de la Deportiva.

Los aproximadamente 200 seguidores deportivistas que apoyaron al equipo en San Mamés se marcharon con una mezcla de sentimientos de rabia, impotencia y preocupación, a pesar de tener la satisfacción de haber podido ver a su equipo en un escenario tan impresionante como La Catedral.

La próxima cita será el domingo a las cinco de la tarde ante el Numancia en El Toralín. Lo cierto es que después de lo visto ayer, el panorama es cuando menos preocupante. Quedan 15 partidos.

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