Diario de León

BALONMANO

Otra vez por el filo de la navaja

Rodrigo volvió a tener un notable protagonismo ayer y lideró la reacción del Abanca Ademar que en la primera parte permitió ir con empate al descanso. secundino pérez

Rodrigo volvió a tener un notable protagonismo ayer y lideró la reacción del Abanca Ademar que en la primera parte permitió ir con empate al descanso. secundino pérez

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Abanca Ademar 27 Cuenca 27

Víctima de su ansiedad y de sus errores el equipo leonés deja escapar un punto con su empate ante un Cuenca que pudo incluso ganar

GEORGINO FERNÁNDEZ | LEÓN

El Abanca Ademar sigue sin cogerle el pulso a la liga. Funciona con arreones de coraje y con eso salvó ayer los muebles. Su vuelta a la liga tras el parón invernal muestra a un equipo irregular, nervioso, visiblemente atenazado y con unos problemas enormes en el ataque posicional. Unos rasgos negativos que ahora identifican al equipo leonés y que por desgracia volvieron a verse ayer en el empate ante un Cuenca (27-27) que llegaba a León con el reto de dar la sorpresa para poner distancia con la zona de descenso por la que camina.

Y la dio. De hecho mandó en el marcador durante toda la primera parte. Ya es un presagio negativo que el equipo de Rafa Guijosa entre mal en el partido. Cuando eso sucede parece que se le pone una losa encima de los hombros que la arrastra todo el encuentro. Cuando el marcador señalaba un inesperado 4-6 antes del minuto quince el técnico Rafa Guijosa ya se vio obligado a pedir un primer tiempo muerto para intentar reconducir la dirección de un partido que apuntaba ya a otro paseo por el filo de la navaja como así sucedió. En ese primer tramo hubo demasiados fallos en los seis metros y el portero rival Ibáñez se agigantó.

La verdad es que el tiempo muerto sirvió de poco. El atasco en ataque era total. Y las cifras hablan por sí mismas: en el minuto 25 de partido cuando Guijosa pidió un segundo tiempo muerto el Abanca Ademar caía por 6-10. Sólo seis goles y la mayoría de Vieyra que ayer volvió a ser el máximo artillero con siete dianas. Pero se echa en falta más aportación en el lateral de un Leo Santos que tiene un brazo terrorífico pero que da la sensación de tener miedo a arriesgar y fallar. Y por supuesto se echa en falta más manejo de bola desde el central.

Seis goles es muy poco bagaje para un equipo que pelea por meterse en los puestos europeos. Curiosamente, en los cinco minutos finales de la primera parte fueron capaces de hacer los mismos tantos seis, para endosar un parcial de 6-2 al Cuenca que permitió irse al descanso con un esperanzador empate a doce.

¿Y cómo fue esa reacción? Pues similar a la de los últimos partidos: con un arreón de raza que protagonizó Rodrigo (de nuevo con muchos minutos en el central) desequilibrando a la defensa castellano-manchega con su velocidad de finta y entradas eléctricas. Juanín y un trallazo de Leo Santos (de esos que debe prodigar más a menudo) dieron a los leoneses unas tablas con las que nadie contaba cinco minutos antes.

Empezaba un partido nuevo en condiciones de igualdad y con treinta minutos por delante. La vuelta se caracterizó por un toma y daca constante donde el argentino Fede Vieyra se dedicó a machacar la portería rival con su zurda. El equipo leonés se puso por primera vez por delante: 16-14, cuando apenas se llevaban cinco minutos de la reanudación. Parecía un buen momento para romper el partido y darle color marista. El pabellón reaccionó y comenzó a animar con más decibelios; la defensa 6-0 subió un punto más de intensidad y Carrillo (coreado por la grada) no fallaba a la contra. El único pero es que la portería no aportó ayer. Cupara empezó muy bien pero se fue desinflando progresivamente y acabó el partido en la grada por una rigurosa roja al impactar con un rival que protagonizaba una contra. Y Nacho Biosca tampoco tuvo su noche. Ambos estuvieron en un pobre 18% de acierto. Muy escaso.

Estaba claro que el partido iba a ser de los de moneda girando en el aire. En la recta final pudo caer para cualquier lado. A falta de cinco minutos estaba uno arriba el Cuenca (25-26). Surge entonces la figura de Juanjo Fernández en ataque con otras dos acciones de coraje para poner 27-26 uno arriba al Ademar. El Cuenca empató en su siguiente ataque y a falta de 30 segundos los leoneses no pudieron voltear las tablas.

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