El Atlético se resiste a tirar la Liga

RODRIGO ERRASTI | MADRID

El Atlético superó con autoridad y eficiencia a una Real Sociedad muy inferior (3-0), que nunca dio sensación en el Calderón de poder competir contra un conjunto madrileño que castigó a los guipuzcoanos, que pudieron irse goleados. No sucedió porque el Atlético se sintió tan superior que, una vez ya había sumado su sexto partidos consecutivo sin perder, optó por dosificarse tras el esfuerzo hecho en el Bernabeú. Todos, el primero Simeone evitando acumular sancionados, pusieron la mente en la visita a Mestalla, donde el Atlético tratará de fortalecer esa segunda plaza desde la que mira al Barça esperando que se produzca un tropiezo que le permita soñar con una Liga que parece tener dueño desde hace semanas.

El problema madrileño con el gol se resolvió muy pronto. Un saque de banda de Juanfran para Koke, provocó el tempranero autogol de Diego Reyes. El pase del canterano al área desde la línea de fondo al primer palo donde esperaba Vietto muy tapado, pero el mexicano temió que llegara antes que Rulli y metió el pie desviando a la red. Con la ventaja de verse por delante, el bloque de Simeone se sintió menos presionado que al inicio. Sin sentirse ansioso por marcar, el Atlético disfrutó de su día más plácido. En el primer acto tuvo opciones de dejar sentenciado el asunto el cuadro rojiblanco, que completó un arranque soberbio. Mostró determinación por la victoria y Oblak no pasó apuro alguno. Lo hizo nada más iniciarse la segunda parte, al castigar Saúl, que ya lleva siete goles, otro error realista en defensa. Griezmann no faltó a su cita con el gol y cerró un partido que terminó con Simeone reservando jugadores para Mestalla. El Cholo piensa partido a partido y ante la Real no necesitó esforzarse mucho.

El duelo confirmó que Griezmann, que había marcado dos goles a la Real Sociedad en tres partidos anteriores, ha recuperado la alegría. Marcó y rozó el gol en otras ocasiones. Rulli tuvo que poner otras buenas manos ante Vietto, que no supo aprovechar un mano a mano tras una buena acción personal.

El error afectó al argentino, que después desperdició otro balón franco tras equivocarse al tirar el fuera de juego la defensa blanquiazul. Godín marró una en la línea de gol, cuando Rulli ya estaba superado, pero no fue capaz de embocar en el área chica. La grada entonaba cánticos emotivos a Luis Aragonés y el Cholo para calentarse y también algún otro para mofarse del eterno rival: «¡Floren, quédate!».

La Real llegaba al Calderón con su mejor racha de la temporada, cinco partidos ligueros sin perder, pero Eusebio, quizá conocedor del mal balance del equipo como visitante en el Calderón (un triunfo en 13 años), optó por sorprender de inicio aunque quizá dejó algo aturdidos a los suyos al alinear hasta seis jugadores nuevos respectos a la última jornada. Varios de ellos entraron de posiciones inesperadas en defensa. De la Bella como central izquierdo; Héctor, de lateral zurdo, Diego Reyes en el pivote defensivo con Xabi Prieto por la izquierda. El invento fracasó y de hecho la mejor noticia fue que al descanso los vascos aún estaban dentro del partido después de completar un acto sin disparar a puerta y con muy poco carácter. Saúl, ‘falso 9’ Eusebio devolvió a los jugadores a su sitio, pero al regresar de la caseta le costó sólo 38 segundos recibir el segundo impacto. Es impresionante lo del Atlético: penaliza cualquier error rival. Una indecisión entre De la Bella y Reyes, cuando presionaban Vietto y Griezmann en la salida de balón hizo posible que Saúl volviese a marcar para convertirse en ese falso ‘9’ que esta campaña no ha encontrado Simeone. El argentino, que demuestra facilidad para entender el juego y asociarse con el compañero, sigue con problemas para marcar, Rulli lo evitó con una buena mano al final del encuentro, pero no para dar asistencias. El gol de Saúl, segundo máximo goleador del Atlético esta temporada con siete tantos, certificó la derrota de un bloque realista incapaz, sin juego ni garra y que cometió errores demasiado ‘groseros’para poder plantar cara a un rival que aspira a títulos. En un nueva duda defensiva, Griezmann consiguió un penalti en una disputa con De la Bella que él mismo certificó antes de irse sustituido cuando Simeone se puso a pensar en Mestalla viendo lo poco que le exigía su rival. Su equipo se relajó un poco, no sólo por los cambios, y eso casi le cuesta un gol, pero a Oblak, que podría batir el récord como Zamora menos goleado de la historia, le ayudó el palo en los pocos momentos que no se bastó para frenar las tímidas intentonas visitantes. El Atlético, con las manos del esloveno y un poco de gol, seguirá soñando en grande.