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DE MAL EN PEOR

Bronca, pitada y abucheos para una Cultural que no respeta ya ni a su líder

La derrota en casa del equipo leonés desgasta a Ferrando

Los seguidores de la Cultural abroncaron a su equipo. SECUNDINO PÉREZ

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León

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ÁNGEL FRAGUAS | LEÓN

La triste y desangelada derrota de la Cultural frente a un Coruxo que se desplazó al Reino de León a por un punto y se llevó los tres (0-1) deja como moraleja que el crédito de Juan Ferrando como entrenador se debilita a golpe de partido. El equipo está plano, atascado y no sale de una mediocridad que ya harta a la grada. Los pitidos, abucheos y flamear de pañuelos caracterizaron el encuentro durante varias fases de la segunda parte. Y tras el gol del visitante Ángel, la afición blanca estalló con una ruidosa bronca dirigida hacia los jugadores y el entrenador local a partes iguales.

El técnico de la Cultural maniobró desde su banda. Movió a sus hombres a lo largo del encuentro. No se sentó ni un minuto en su banquillo. Siempre dando órdenes, corrigiendo... Pero nada de nada. El equipo culturalista está perdido. Camina a la deriva. Nadie toma el mando. Ninguno ejerce de líder. Sólo Isaac Aketxe entiende el idioma del fútbol. El resto del grupo parece haber entrado en un bucle en el que no comprende el fútbol fácil que lleva en sus botas el león bilbaíno. Y como es el único que sigue los criterios lógicos que deben imperar en el balompié, pues cambiazo ante un Reino atónito.

La Cultural está plana. Si Aketxe no marca, el gol es una utopía. Y eso que el vizcaíno no es un delantero cañón, pero desde que llegó a León ha demostrado que su agresividad puede con defensas y con todo lo que se le ponga por delante para alojar el balón en las mallas visitantes. Es lógico que se fuera más cabreado por el cambio que lo estaba la propia grada. La hinchada leonesa está más toreada que una vaquilla que sale cada día al ruedo en las fiestas de los pueblos. Conoce el paño que le ponen delante de los ojos y no traga. Como tampoco traga una grada con la pobre imagen futbolística de un equipo que no da más de sí.

Ferrando va a ser el que pague los pitidos, los pañuelos, la bronca... Y hasta la vaquilla. Porque el grupo va por su lado. Por el camino fácil. Y si un aspecto quedó claro frente al Coruxo fue precisamente que al entrenador le cuestionan, y mucho, sus propios jugadores. Una censura desmedida porque después en el campo de juego, que es donde hay que hablar, nadie coge la batuta. Todos o casi todos se esconden. Nadie se hace responsable de nada. Es ahí donde hay que poner dos narices y hablar con fuerza, en el terreno de batalla. No después en otros foros de amigos que pagan chivatazos con jaboneo. En esos lugares se suelta la lengua cualquiera. Ser un profesional del fútbol no es ponerse una camiseta o portar un brazalete. Es mucho más. Muchísimo más. La ciudad de León está detrás. Hace demasiado tiempo que está detrás. La Cultural es el equipo de fútbol de todos los leoneses. Si alguien no lo entiende, está muy claro. Los egos se quedan en el vestuario y la piel se deja por León.