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El corzo aguanta hasta agosto

Desde el 1 de abril ya se puede cazar a rececho a los cérvidos .

Un corzo encamado en un sembrado de trigo de la zona de Tierra de Campos. P. V.

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León

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pedro vizcay | león

El corzo se puede cazar desde el día 1 de abril hasta el primer domingo de agosto, según el calendario establecido por la Junta de Castilla y León en la Orden General de Vedas. La caza «a rececho» es una modalidad que se practica a pie y en la que interviene un único cazador que puede estar acompañando por un agente o guarda que supervisa la cacería.

En este tipo de caza resulta fundamental el conocimiento del terreno y la querencia de los animales que, en caso de acompañante, suele ejercer el guarda que no sólo vigila y controla sino que ejerce de guía.

La utilización de una buena óptica para localizar el cérvido, evaluar su categoría y, caso de resultar satisfactoria, disparar con posibilidades de éxito, ya que estos animales no permiten grandes aproximaciones es necesaria. Prismáticos y mira telescópica son pues elementos casi imprescindibles.

La caza del corzo a rececho resulta muy apasionante y no exenta de dificultad, pues hay que aproximarse en contra del viento hasta tenerlo a tiro, aunque sin llegar al extremo del rebeco o la cabra montés en la alta montaña. En los últimos tiempos los corzos han proliferado y, aunque han sufrido bajas por causa de la mosca que se instala en las fosas nasales, cuyas larvas afectan al cérvido, sus poblaciones no presentan ningún riesgo de extinción. La proliferación ha hecho que colonicen nuevos territorios de monte y ribera donde su caza no está permitida al no figurar en los planes cinegéticos de los acotados. Todos los acotados deben disponer de un número limitado de piezas que es preciso «precintar», una vez abatidas, para no excederse del número autorizado. Las fuertes nevadas de finales del invierno han podido causar algunas bajas en las áreas de montaña, pero, según todos los indicios, estaríamos ante una buena campaña para el corzo. Abatir un corzo, sin precintarlo, puede suponer una indemnización de 6.000 euros.

El inicio de la temporada suele coincidir con la proliferación de accidentes de tráfico en los que interviene tanto el corzo como el jabalí. De hecho, en estos días se han producido varios siniestros. El cambio en la Ley de Tráfico ha dejado de responsabilizar a los cotos de forma que los conductores deben mejorar sus seguros en este sentido.