Diario de León

LUCHAS CELTAS

Miriam Marcos, señora de las luchas celtas

Montejos y Valverde de la Virgen rinden homenaje a su campeona.

Miriam Marcos recibe del alcalde David Fernández el reconocimiento a su lucha y logros. A.B.

Miriam Marcos recibe del alcalde David Fernández el reconocimiento a su lucha y logros. A.B.

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A. BARREÑADA | LEÓN

Montejos, su pueblo, y Valverde de la Virgen, su ayuntamiento, cumplieron con agradecimiento y homenaje a la luchadora, deportista y campeona, la que no les falla: Miriam Marcos Arias. Estaban dispuestos sus paisanos a recibirla como merecía a pie de la estatua del defensor de Tarifa cuando el autocar de la selección de la lucha leonesa llegaba, avanzada la madrugada del lunes, tras el largo viaje de regreso desde Brest; aguantaron un poco y, a media mañana le tributaban ese homenaje en el salón de plenos municipal de Valverde.

No es la primera ocasión en la que a Miriam la muestran el cariño que le tienen y el orgullo que por ella sienten sus gentes. Sí que es Miriam profeta en su tierra. Se recordaba en el acto, con emoción, cómo en los momentos más duros (como los de las dos graves lesiones sufridas) fue fundamental el apoyo de los más cercanos, el que sirvió para no abandonar, para no dejar de luchar, competir, disfrutar de la que es su pasión, el deporte, mucho deporte, pero especialmente, el de los agarres.

Se dijo desde Brest y es oportuno recordarlo: la calidad y entrega de la deportista, la luchadora de Montejos es tan contrastada e incontestada allí en Bretaña que en el impresionante «Arena», las gradas volcadas con los suyos, encendidas por los animadores con sus vítores, el solo nombre anunciado, «Miriam Marcos», lograba acallarles. De la expectación al respeto y llegando a lo que no es fácil allí conseguir, el aplauso al rival, la leonesa señoreó las Celtas.

Vencedora, Campeona de Europa, oro en las dos modalidades en que se disputa el torneo, el Back-hold escocés y el Gouren bretón, se hizo además con un premio especial que muchas veces ya mereció, tantas no se fue justos para concederle y, en la gran cita del XXX aniversario de la FILC, no le pudieron negar: el de mejor luchadora absoluta.

Hay nuevos valores de nuestra lucha que se miran en ella. A pesar de lo que manca, a veces Bretaña, y hasta los vecinos, ayudan a seguir luchando.

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