FÚTBOL. SEGUNDA DIVISIÓN
El largo camino de retorno
La Deportiva empezará cuanto antes a planificar un nuevo proyecto con el ascenso a Segunda como objetivo a corto plazo La continuidad de jugadores y técnicos está en el aire tras el descenso.
álex estébanez | ponferrada
El descenso de la Deportiva a Segunda División B, certificado tras la derrota ante el Girona del pasado sábado, conllevará un cambio radical en el proyecto deportivo de los blanquiazules, que deberán amoldarse a una situación deportiva y económica que no conocían desde hace cuatro temporadas.
El objetivo del nuevo proyecto está claro que pasa por conseguir el retorno a la Liga Adelante a la mayor brevedad posible. En el último descenso se tardó sólo una temporada en volver a Segunda División y esa sería la situación ideal para la próxima campaña. En cualquier caso, se entiende que el club mantendrá su política de moderación y no caerá en excesos que pudieran conllevar a posteriores problemas más graves que el descenso a la categoría de bronce.
El primer paso hacia el futuro será, como reconoció Rubén Vega en su rueda de prensa posterior al partido, analizar los errores que se cometieron esta temporada y que terminaron con el equipo en el peor de los finales imaginables. La competición y los resultados se llevaron por delante a dos entrenadores, José Manuel Díaz y Fabri, y la campaña terminó con la interinidad de Rubén Vega y Tomás Nistal como última tabla hacia una salvación que no llegó. El cambio de estilos en el banquillo terminó por desquiciar a un vestuario que no terminó de cuajar.
En el capítulo de fichajes, la labor de la dirección deportiva ha dejado luces y sombras tanto en los movimientos llevados a cabo en verano como en los retoques del mercado invernal. Por encima de todo destaca la imposibilidad de traer a un sustituto de garantías para paliar la salida de Yuri, que terminó como máximo goleador del equipo a pesar de no jugar desde enero. Las apuestas por jugadores foráneos como Caiado o Khomchenovskyy tampoco salieron como se esperaba, y ninguno de los dos tuvo el protagonismo deseado. En el lado de los aciertos, las incorporaciones de Aguza y Raillo en enero dieron un plus al equipo, aunque no fue suficiente para terminar de reconducir la situación en la que se encontraba la Deportiva al final de la primera vuelta.
Una plantilla en el aire
A la hora de configurar la nueva plantilla, el club optó el pasado verano (y también en invierno) por hacer contratos largos a los futbolistas que llegaban y por renovar por más de una temporada a varios de los que aceptaron la oferta de continuidad ofrecida por la Deportiva. Tanto fue así, que el equipo berciano contaba con 19 jugadores con contrato en vigor para la próxima campaña y siete de ellos lo terminarían en 2018.
Sin embargo, a falta de confirmación oficial, muchos de esos contratos, si no todos, estaban supeditados a la continuidad del equipo en la Liga Adelante. Es el caso, por ejemplo, de Acorán, que renovó el pasado mes de junio hasta 2018 y que, tras el partido ante el Girona confesaba que ni siquiera se ha planteado cuál puede ser su futuro: «No me esperaba una situación como ésta, y menos esta temporada. No he pensado en lo que va a pasar, porque en ningún momento pasó por mi mente que se pudiera producir un descenso. Siempre he sido positivo y no me planteaba esto ni pensar en lo que podría suceder. Ahora toca descansar, sopesar las cosas y pensar, ya se verá lo que pasa».
En el caso de Alan Baró, capitán del equipo y uno de los jugadores más veteranos del vestuario, su continuidad tampoco está clara, ya que, en principio, su contrato terminaría el 30 de junio. El central catalán abandonaba El Toralín el sábado afirmando que «es el día más duro de mi carrera deportiva. Aquí he encontrado mis mejores años deportivos y una temporada como esta duele muchísimo. Quiero a la Deportiva como algo mío, pero es pronto para hablar de futuro. Ya veremos lo que pasa en los próximos días. Sabéis el sentimiento que tengo hacia este club, y eso también se hará valer».
Sea como sea, en las oficinas de El Toralín habrá en las próximas horas muchas reuniones con futbolistas, bien para rescindir definitivamente sus contratos, o bien para rehacerlos con cifras más propias de la nueva categoría en la que militará el club berciano.
La continuidad de Rubén
Si en el caso de los jugadores todo está en el aire, tampoco se conoce quién será el encargado de dirigir la nave blanquiazul desde el banquillo la próxima temporada. Desde que accedieron al cargo, Rubén Vega y Tomás Nistal siempre han esquivado las preguntas sobre su continuidad más allá del final de esta temporada, y el de Castrillo de las Piedras no quiso entrar en el tema en la rueda de prensa del sábado.
Rubén afirmó que «en lo último que pienso es en lo que pueda pasar mañana» y reveló que «Nistal está igual de afectado que el resto o más, porque él lleva a la Deportiva en la sangre».
En el horizonte de posibles entrenadores, el nombre de Fernando Morientes no tardó en aparecer después de que el exjugador del Real Madrid estuviera días atrás presenciando el Ponferradina-Albacete en el palco de El Toralín, y el presidente, José Fernández Nieto, no negó que pudiera ser una alternativa. Claro que entonces nadie contaba con el fatal desenlace de la temporada.