LUCHA LEONESA
Vía para mejorar y gallo de Ribera
‘¿Hay quién luche?’, el corro del Desafío por la Montaña, llevó al Palacio de Deportes una propuesta de espectáculo de lucha con gran dedicación, a pesar de no lograr todo lo deseado.
Fernando Getino en el corro, feliz hecho compartido. A. B.
A. BARREÑADA | LEÓN
El Palacio de los Deportes se había transformado. Era mucho el trabajo empeñado para ofrecer un espectáculo desde la lucha leonesa, desde el corro nacido en la iniciativa Desafío Lucha por la Montaña, combate contra los molinos que emprendieron y mantuvieron con generosa entrega Carlos Fernández y Víctor Llamazares.
No se llenó el Palacio, había demasiado vació para una oferta de marcado interés. Tampoco se conseguía que se completase el corro en el ansiado reducido tiempo de hora y media... se fue el reloj y, como reconocía el propio Carlos Fernández antes que nadie, «estoy viendo que se van antes de concluir la lucha muchos de los que habíamos ganado como nuevos espectadores... Nos sobró la segunda vuelta de los sénior, tal vez...». Sólo se le señala caída a quien lucha. Lo que intentaron con tanta dedicación y lo que consiguieron merece el mayor reconocimiento.... y el ánimo para seguir peleando.
Pablo Campos realizaba excelente labor de presentación. Las dos selecciones salían a escena con el mayor entusiasmo de las dos aficiones en este corro al modo del tradicional Montaña-Ribera, pero con fórmula renovada. Había, en banquillo de los ribereños, un motivo feliz para toda la lucha: la presencia, como delegado de la selección de tierras llanas de Fernando Getino, el de La Mata de Curueño, en repetidas ocasiones del más tradicional de los corros seleccionador ribereño. A comienzos de abril Fernando superaba un grave episodio de accidente cardiovascular que angustió a toda la familia de los cintos. Cuando a Nacho el de Matadeón se le planteó contar con él como compañero de responsabilidad en la selección «naranja», no lo dudó: «si él estuviera dispuesto...» y Lo estuvo, más que dispuesto, emocionado e ilusionado por poder compartir la ocasión, y con él lo hizo la lucha.
Había, en la mesa de prensa, un Paisano que ha hecho de ese término título y de la lucha leonesa capítulo esencial en su vivir y escribir (que es uno), a la manera hidalga de montañés de La Mediana: Fulgencio Fernández. Y la lucha quiso, y supo, hacerle reconocimiento tan debido como compartido, también, en ocasión de las felices.
Y el benjamín montañés Dylan Álvarez lanzó el reto inmemorial. «¿Hay quién luche?».