La Ponferradina ultima las renovaciones
á. e. | ponferrada
La dirección deportiva de la Ponferradina continúa trabajando intensamente para comenzar a hilvanar la plantilla de la próxima temporada, en la que intentará conseguir el ascenso a Segunda División. Tras la contratación de Manolo Herrero como entrenador, el siguiente paso es cerrar cuanto antes el capítulo de renovaciones para saber con qué se cuenta y, quizá más importante, qué se necesita para completar el equipo.
En este sentido, en las oficinas de El Toralín esperan que a lo largo de la semana que empieza mañana se puedan ir concretando los nombres de los futbolistas que aceptan las condiciones ofrecidas por el club para continuar en la categoría de bronce. Aunque en un primer momento se habló de 11 jugadores con los que se quiere contar para el nuevo proyecto, parece que será muy complicado retener, no ya a todos, sino a un porcentaje elevado de ellos.
De momento, es casi seguro que, si no se tuercen las cosas en el último momento, Jonathan Ruiz continuará en la Deportiva para sumar su novena temporada vistiendo la camiseta blanquiazul. Otro de los capitanes, Alan Baró, se sigue debatiendo entre aceptar la oferta berciana o lanzarse a la aventura australiana, mientras que casos como los de Acorán y Aguza parecen casi imposibles de llevar a buen puerto.
Por otro lado, el club puede recuperar a algunos de los jugadores que esta temporada han estado cedidos en otros equipos y que tienen contrato para la próxima temporada, como es el caso de los futbolistas que se ficharon en el mercado invernal para reforzar al Atlético Astorga.
En cualquier caso, todo indica que la dirección deportiva que vuelve a encabezar Tomás Nistal deberá trabajar duro y fallar poco para conformar una plantilla de garantías que permita a la Deportiva luchar por el ascenso de categoría la próxima temporada.
Cabe recordar que la normativa de Segunda División B exige tener un máximo de 16 fichas de jugadores mayores de 23 años, más la posibilidad de contar con hasta seis jugadores sub-23 para completar una plantilla de, como máximo, 22 jugadores, tres menos de los que permitía la Liga de Fútbol Profesional.