MANOLO CADENAS
«Busco un proyecto con un presidente que confíe en mí»
Hasta el 31 de agosto tiene contrato como seleccionador español de balonmano. Pero sabe que no seguirá. La Federación no le quiere. El quedarse sin billete a Río le pasó factura. Su futuro apunta a la Bundesliga..
georgino fernández | león
—Parece claro que se acaba su ciclo con la selección...
Hay una serie de circunstancias que indican que la lógica sea que se termine. Ha sido una etapa con la selección con buenos resultados y con un final, que fue la no clasificación para los juegos olímpicos de Río, que no hace justicia a un buen ciclo de la selección.
—¿Alguien le ha comunicado que no va a seguir o usted ha comunicado a la Federación que no va a continuar?
—(Sonríe) No... las decisiones sobre quien es el entrenador las toma la Federación y la verdad es que no hemos hablado tras el preolímpico pero como dice el refrán a buen entendedor pocas palabras. Por lo que veo es un ciclo que se ha terminado y ya está.
—En todo caso, por parte de la Federación o su presidente, no parece la forma más elegante de poner fin a su etapa. Máxime cuando fuiste una de sus grandes bazas de Blázquez en las pasadas elecciones a la presidencia.
—Creo que vamos un poco tarde en la toma de decisiones pero yo en este caso no soy el que toma las decisiones. Para eso está la Federación. En todo caso es una etapa especial porque va a haber elecciones de nuevo a la presidencia. Y nada más que decir sobre eso.
—¿Siente que no ha podido acabar el trabajo que empezó hace cuatro años?
—No. En este grupo de jugadores algunos ya están en su última etapa en la selección, hemos perdido la clasificación en un preolímpico que nunca se debió jugar fuera de casa. Nos hubiese gustado a todos terminar la trayectoria de este grupo con una medalla en Río. Era lo que teníamos todos en la cabeza pero no podrá ser. No sé, tal vez nos pesó en exceso la presión y la responsabilidad en ese momento.
—¿Cómo se sintió cuando vio que los Hispanos no iban a jugar el Preolímpico en España sino en Suecia y supongo que por dinero? ¿percibió que la Federación no puso los medios necesarios?
—Como selección creo que no ha habido justicia por jugar un preolímpico fuera de casa y con esas dificultades. Entiendo que hay unas realidades económicas pero pienso que fue una situación difícil que no supimos resolver.
—¿Cómo es su relación ahora mismo con el presidente de la Federación Española de Balonmano?
—Como ha sido siempre. Tal vez la distancia por no estar en contacto directo pone una pequeña barrera. El no estar aquí el estar inmerso con mi equipo en la Liga de Campeones dificulta las cosas.
—Y con el responsable de comunicación de la Federación, que es público y notorio que no tenéis las mejores relaciones. ¿Qué fue lo que pasó?
—Lo que sucedió es que él no ha apoyado mi proyecto y dentro de un grupo es complicado tener una persona crítica hacia tu trabajo. Pero no ha sido decisivo en nuestra marcha y tampoco tiene mayor importancia.
—Por la ilusión que le hacía, sé que le habrá dolido mucho no estar en unos Juegos, en su primera experiencia en una Olimpiada...
—(Responde sin dudarlo) Por supuesto. Me duele porque representamos al balonmano hispano y me duele porque los jugadores tenían una gran ilusión y fue una gran decepción para ellos. Pero incluso en una situación como esa tan dolorosa hubo algo positivo: perdimos una clasificación tan importante como un equipo, compartimos el dolor. Ser un equipo en las derrotas no es nada fácil pero en ese momento la selección supo ser también un equipo igual que cuando ganamos medallas. Por eso agradezco la colaboración de todos los jugadores con los que siempre me he sentido a gusto. Y lo que lamento es no poder estar ahora con ellos preparando los Juegos Olímpicos.
—Las grandezas y las miserias del deporte... todo esto por un solo gol de margen ante Suecia. Ese fue el estrecho margen que impidió estar en Río...
—Sí, siempre se dan circunstancias especiales como la falta de suerte por no lograr ese gol que necesitamos. También lamentamos lo que estaba en nuestra mano y no hicimos bien. Pero tuvimos la importante baja de Sterbik, también la de Víctor Tomás o el arbitraje que privó a Eslovenia de un triunfo ante Suecia que nos hubiese dado la clasificación. Fueron muchas circunstancias que no fuimos capaz de superar.
—¿Cómo ve el futuro de la selección española? un grupo que ya empieza a ser talludito...
—El futuro pasa por hacer una renovación paulatina por la edad. Yo creo que he tenido a los jugadores más adecuados y lo han demostrado en todos los campeonatos. En ese sentido pienso que se suele trabajar por ciclos olímpicos pero en ese sentido es difícil hacer una renovación preparando ya la Olimpiada de Tokio eso hay que hacerlo de forma progresiva.
—Y ves mimbres para hacer esa renovación no traumática.
—Veo mimbres y también dificultad.
—Yo veo más dificultades...
—Tal vez, por eso esos mimbres necesitan mayor dedicación. Tal vez hacer una selección B con un seleccionador que se ocupe del seguimiento y desarrollo individual de los jugadores hasta que lleguen a la élite. Creo que hay que cambiar el enfoque de lo que hasta ahora ha sido el seleccionador en estos últimos cuatro años. Hay que buscar un seleccionador que dedique más tiempo y la Federación debe invertir en la figura del seleccionador que debe ser alguien que esté más en contacto y que tengan un trabajo más amplio para buscar el desarrollo de los jugadores que van a formar parte del primer equipo.
—Como sabrá se habla ya de Jordi Ribera como su relevo en la selección...
—Sí. Creo que somos dos entrenadores con pasión, entrega y experiencia bien demostrada. Y Jordi creo que ha hecho un gran trabajo con Brasil y no solamente con la selección, también con la base. Hay varios entrenadores nacionales con capacidad y Jordi creo que es uno de los más adecuados.
—Respecto a su futuro personal, ¿donde va a estar la temporada que viene?
—No tengo nada cerrado todavía. Sólo sé que me gustaría estar en un proyecto donde tenga un presidente que confíe en mi, valore mis capacidades y lo que puedo aportar yo como entrenador. En mis últimas experiencias no he tenido la suerte de tener un presidente como era Juan Arias que sabía entenderme y complementarme. Eso llevó a que pudiese desarrollar todas mis capacidades como entrenador aquí en el Ademar. Sin una persona de esas características la labor del entrenador se hace muy dura, en Polonia en Wisla Plock ha sido un proyecto inacabado.
—¿Algo concreto?
—Tengo propuestas de Alemania y de Catar. A mi me gustaría entrenar en Alemania y es lo que estoy valorando.
—La última, ¿qué le ha parecido la temporada del Ademar?
—Se puede hablar de una temporada notable. El equipo, además de acabar tercero con un gran mérito ha generado esperanzas de mejora para el futuro y buenas expectativas.