fórmula 1
Hamilton no levanta el pie
El campeón del mundo conquista su tercera victoria consecutiva ante su público en Silverstone Sainz terminó octavo y Alonso fue décimotercero.
david s. castro | londres
El campeón del mundo conquista su tercera victoria consecutiva ante el enfervorecido público británico, en una carrera con gris actuación de los españoles (Sainz 8º y Alonso 13º), que comenzó con lluvia y polémica al final con Rosberg, que pasó de segundo a tercero. Rosberg fue sancionado con 10 segundos y pasó a ser tercero. Los comisarios interpretan que el alemán fue ayudado por su ingeniero de pista cuando tuvo problemas en la caja de cambios a final de la carrera.
Lewis Hamilton realizó una faena casi perfecta en una carrera muy complicada para todos menos para él, marcada por el inicio en mojado y los problemas para no salirse. El ídolo local fue el único prácticamente que no padeció problemas, más allá de los típicos que suele dar una pista en mojado. De hecho, Hamilton fue una de las víctimas de ‘Abbey’, la curva 1 del circuito de Silverstone, en la que casi todos los pilotos se salieron aunque sin consecuencias en su mayoría.
La carrera empezó mucho más descafeinada de lo que acabó. La lluvia, protagonista de inicio, obligó a parar la prueba. Con la reanudación, Hamilton empezó a bandear la carrera hacia su lado. A Rosberg le pilló desprevenido el ritmo impuesto por su compañero. Max Verstappen consumó una (otra más) actuación colosal, impropia de un niño de 18 años. Cuando tuvo la oportunidad de atacar a Nico Rosberg, lo hizo con una valentía que rozó la temeridad si bien acabó cediendo ante la potencia muy superior de Rosberg.
El agua que encharcó algunas zonas del circuito de Silverstone fue especialmente preocupante en la primera curva, la Abadía (Abbey). Varios pilotos se salieron ahí, incluidos los dos españoles y prácticamente a la vez. Fernando Alonso estaba luchando por dar caza a Felipe Massa, cuando pisó la zona mojada, justo en el punto de la frenada. El consecuente triple trompo que dio no le dejó tirado en la pista y aunque pudo regresar a la pista, sí le hizo perder tres posiciones y le dejó fuera de las opciones del ‘top 10’. Justo después de ese incidente de Alonso, Carlos Sainz también probó la escapatoria asfaltada de Abbey. El piloto madrileño aguantó la octava posición como y a partir de ahí sólo pudo esperar un fallo de los de arriba, que no se produjo. En resumen: una carrera mejorable para los pilotos españoles, sobre todo para Alonso.
Cuando parecía que todo se había estabilizado, tanto en la parte alta como en la media y la baja, y ya bajo un indudable sol que secó la pista prácticamente por completo, Rosberg hacía saltar las alarmas en Mercedes: «¡Algo pasa con las marchas!», se quejó por radio. La FIA insistió mucho antes de este Gran Premio de que los mensajes entre el muro y el piloto se iban a limitar, por lo que sorprendió aún más la reacción del ingeniero de pista del piloto alemán. A Rosberg le pidió que tocara algunos parámetros en su volante y que esquivara la séptima marcha, que era la que le estaba dando problemas. ¿Por qué unas semanas antes a Lewis Hamilton no le instruyeron con la misma celeridad cuando se quejó? He ahí el dilema.