Sangre leonesa en suelo de Olimpia

MIGUEL ÁNGEL TRANCA | LeÓN

Leoneses de sangre, corazón o sentimiento. En la historia de los Juegos la bandera leonesa ha estado presente en 14 de las últimas 15 ediciones con casi una treintena de deportistas, incluidos los seis que en Río también están pujando por un pedazo de gloria: Carolina, María, Lidia, Sabina, Érika y Francisco.

Desde que en 1960 el baloncestista Emiliano Rodríguez iniciara ese recorrido leonés en Roma 1960, la presencia leonesa ha sido habitual en el Olimpo del deporte. Cinco preseas e incluso un número mayor de diplomas jalonan un recorrido que sin duda alguna contará en el futuro con más protagonistas y también éxitos. Incluso en Río de la mano especialmente de la haltera Lidia Valentín.

En esa extensa nómina el precursor no podía ser otro que toda una institución en el baloncesto español, Emiliano. Su debut tenía como escenario los Juegos de Roma en 1960. Ocho años después también disfrutaría de la esencia olímpica en México 68.

En medio de ambas ediciones, en Tokio 1964, otro leonés se convertía en protagonista en Olimpia. Era el ciclista José Manuel López Rodríguez, un todoterreno con una clase que lo llevó a hacerse con dos diplomas, uno por selecciones con España y otro a nivel individual.

En Montreal 1976 el número de representantes iba a aumentar de la mano de dos deportes que han dado alegrías y podios a la delegación leonesa a lo largo de la historia olímpica: atletismo y piragüismo. En la primera disciplina brillaba un jovencísimo Antonino Baños en la prueba de maratón mientras que en piragüismo ya avisaba de lo que cuatro años iba a ser su gran logro Guillermo del Riego. Precisamente en Moscú 80 alcanzaba su sueño con la medalla de plata. En esas mismas aguas Santos Magaz se hacía con un meritorio diploma.

Los hermanos Francisco Javier y Andrés García también iban a vivir su porción de gloria con el billete para los Juegos en los que un berciano también lograba contar con su porción de relevancia, Coloman Trabado. En este caso en Los Ángeles 84 en una prueba de 800 metros que no le reportaba el éxito esperado debido a un lesión. En esos mismos Juegos el que sí disfrutaba en el podio era el jugador de baloncesto Beirán que en una mítica final ante Estados Unidos alcanzaba el hasta ese momento éxito más importante para el deporte de la canasta español y abría las puertas a posteriores presencias en el cuadro de honor.

Pero sería en Barcelona 1992 cuando la delegación leonesa alcanzaba unas cifras sobresalientes con la presencia entre otros de Margarita Ramos, las tiradoras Nieves Fernández y Cristina Fernández y un Rodrigo Gavela que tenía el honor de cerrar la competición con la prueba de maratón. Cuatro años más tarde Manolo Martínez entraba a formar parte del selecto grupo de olímpicos (llegó a sumar cuatro). Aunque no en Atlanta ni en Sidney, el lanzador iba a lograr la recompensa a su calidad y trabajo con el bronce olímpico en Atenas año en el que el ciclista de keirin con raíces bercianas José Antonio escudero también sumaba para España una presea.

Lorena Guréndez, Paola Tirados y Virginia Ruaño también dejaron su impronta en la Olimpia del deporte, algunas como la s dos últimas con medallas incluidas (plata). Más recientemente Juanín García, toda una institución en el balonmano español, se colgaba como integrante de la selección española de balonmano, la medalla de bronce en Pekín 2008. No iba a ser la última ya que Lidia Valentín se coronaba como la reina de la halterofilia en Londres 2012 aunque la presea le ha llegado con cuatro años de retraso. Junto a Lidia en Londres también compitieron el piragüista Cubelos, la nadadora Érika Villaécija y la gimnasta Carolina Rodríguez. Las tres últimas repiten en Río acompañadas de Arcilla, Sabina y María. Son los últimos, por ahora, de un deporte leonés que se hecho un habitual en los Juegos, de sangre, sentimiento y corazón.