Cerrar

Belmonte muerde su medalla de oro tras ganar la final de los 200 mariposa

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

En busca de la consagración como deportista, y en su afán por superar barreras y explorar nuevos límites, Mireia Belmonte encontró su cielo particular.  Está en Rio. Y ese nombre la acompañará siempre, vaya donde vaya. La felicidad se presentó ante ella después de una carrera imborrable de principio a fin, en la que recorrió los 200 metros que la separaban de la meta con el pulso disparado y el corazón bombeando adrenalina para acabarla en 2.04.85 minutos, desplegando sus poderosas brazadas de mariposa. Ese crono le dio la gloria  que perseguía desde hacía cuatro años, cuando se quedó tan cerca en las dos finales de Londres de las que salió subcampeona la del 200 mariposa y las del 800. “El sueño está cumplido. Este día lo recordará mientras viva. Este oro significa todo lo que soñé durante toda mi vida y lo tengo aquí y ahora. Para mí es muy especial, y es gracias a todos los que están conmigo, los que trabajan a mi alrededor. Estoy muy contenta y orgullosa, en especial a mí técnico, Fred, que me ha sabido motivar y aguantar”, reconoció, entre exultante y aún ligeramente conmocionada por una gesta que trataba de digerir, mientras sus padres, José y Paquita, no podían contener la emoción en las gradas del Parque Acuático. Mireia Belmonte  CAMPEONA OLÍMPICA 'El sueño está cumplido Este día lo recordaré mientras viva. Este oro significara todo que soñé durante toda mi vida y lo tengo aquí y ahora' Belmonte, de 25 años, se hizo con la medalla de oro en una espectacular final, en la que registró la mejor marca del año, superando en tan solo tres centésimas a la australiana Madeline Groves, que tenía la mejor marca mundial de la temporada, y a la japonesa Natsumi Hoshi, que fue bronce, la misma posición en la que la acompañó en el podio de Londres.   'Es como un sueño, no sé aún que hacer, si reir o llorar, lo único que quiero es recoger ahora mi medalla', dijo Belmonte, que, nada más tocar la pared, se giró rápidamente hacia el marcador para saber el desenlace de la prueba y estalló de alegría. Cuando se subió al podio, con la bandera española que le entregó su padre, Mireia acabó por imitar a Rafa Nadal, mordiendo la medalla para  cerciorarse de que lo vivido era verdad. De la borrrachera de sentimientos tampoco pudieron escapar su técnico Fred Vergnoux y la fisioterapeuta de la federación, Mónica Solana, con quien ha trabajo día y noche para recuperar de la lesión en los dos hombros que le impidió competir el año pasado en el Mundial de Kazán. Llorando, abrazados cerca de la zona mixta, por donde transitan los nadadores, no podían ocultar su felicidad. “Mireia es increíble y está loca. Hace cuatro años dijo que iría a por el oro y lo ha hecho. Ha trabajo muy duro todo este tiempo y esta es la recompensa”, explicó. El oro de  Belmonte que inició la competición con un bronce en los 400 estilos en la primera jornada de la natación y cuenta ya con cuatro medallas olímpicas en su deslumbrante palmarés, es el primero de una nadadora española en unos Juegos y el segundo en toda la historia, después del conseguido por  Martin López Zubero en los 200 espalda en los Juegos de Barcelona-92. TÁCTICA GANADORA La nadadora badalonesa siguió de principio a fin el guion pactado con su entrenador, Vergnoux. Aplicarse con fuerza para no dejar que Groves abriera brecha como sucedió en las semifinales, guardarse algo de energía, y luego volcarlo para el último hectómetro. La táctica funcionó, aunque tuvo que vaciarse en los últimos metros ante el ataque de la nadadora australiana que si hubiera durado un poco más la carrera, transmitió la impresión de encontrarse con fuerzas para atraparla. “Sabía que el segundo 100 era muy fuerte y he decidido arriesgar desde el principio. He sufrido mucho en los últimos metros, pero he seguido adelante, sin mirar a los lados, dándole a las piernas y sin pensar nada más”, reconoció. Convertida con sus dos platas olímpicas de Londres y sus medallas mundialistas en la mejor nadadora en la historia del deporte español, su actuación en Río la sitúa en una nueva dimensión, y llenan el vacío de la delegación española. Mireia fue la que se encargó de abrir el medallero en el primer día de la competición, con su bronce en el 400 estilos, y la que ha vuelto a subirse al podio, cuatro días después, en su prueba reina como parte de una jornada que vivió el tercer oro y la cuarta medalla de Katie Ledecky en el 4x200 libre y la clasificación de Michael Phelps para la final del 200 estilos con el mejor tiempo de los finalistas, por delante de su compatriota Ryan Lochte.