Érika acaba lejos de las medallas
La cepedana aguanta en el grupo de cabeza pero tras superar el ecuador de los 20 kilómetros cede un tiempo definitivo Rouwendaal se lleva la gloria.
MIGUEL ÁNGEL TRANCA | LeÓN
Érika Villaécija no pudo cerrar su periplo de cuatro Juegos con una medalla. Tampoco pudo mejorar en Río el diploma olímpico logrado hace cuatro años en Londres en una prueba de 20 kilómetros en aguas abiertas en la que la cepedana no se encontró como esperaba y lo pagó en el tramo definitivo tras transitar en el grupo de cabeza durante los diez primeros kilómetros. A partir de ahí el fuerte ritmo impuesto por las grandes favoritas, entre ellas la francesa Muller y la holandesa Van Rouwendaal, no sólo dinamitó el grupeto de cabeza sino que descolgaba también a la de Cogorderos que pasaba de ceder apenas nueve segundos a ver como su desventaja se ampliaba y con ello desaparecían las opciones de podio.
«He finalizado la prueba con una sensación rara, ya que no he podido cumplir el objetivo que marcado. No obstante, estoy satisfecha porque a pesar de no estar con las mejores ni mejorar mi resultado de Río lo he dado todo».
Érika llegaba a Río con el objetivo de mejorar el diploma conseguido el Londres 2012. «No he conseguido mi objetivo. La carrera ha sido bastante dura, sabía que con olas no era mi mejor escenario», puntualizaba.
Sobre la prueba comentaba que estaba satisfecha de haber ganado el sprint al grupo en el que se quedó enclavada. «A partir del kilómetro 9, no me he encontrado bien como para apretar, se ha partido la carrera entre un grupo pequeño y en el que iba yo. Al menos, estoy contenta de haber conseguido ganar el sprint final con mis competidoras directas».
Respecto a las favoritas, las dos nadadoras llamadas a ocupar los dos mejores peldaños del podio no iban a fallar aunque en esta ocasión la campeona del mundo, la francesa Muller, tenía que conformarse con la plata al ser superada por una espectacular Van Rouwendaal que se sacaba la espina del Mundial de Kazan donde era segunda colgándose la medalla de oro. Van Rouwendaal concluyó la maratón acuática con un tiempo de 1:56.32 y a una gran distancia de sus rivales, se colocó entre las líderes desde el comienzo de la prueba, pasó en segundo lugar al concluir la primera vuelta y la segunda vuelta y asumió el liderato ya en la tercera. Las brasileñas Cunha y Okimoto pasaron en primera y segunda lugar al concluir la primera vuelta e hicieron ilusionar al público que llenó la playa de Copacabana, pero ya en la segunda Cunha había caído al undécimo lugar y Okamoto pasó aún más atrás.
En la segunda vuelta el liderato ya lo había asumido la francesa Muller, escoltada por Van Rouwendaal y por Eva Risztov.
En la tercera fue la holandesa que pasó adelante, puesto que ya no iba a perder hasta el final.