Así dormía Ginóbili en Río: "Por fortuna no sale lo que estaba debajo de la cama"
El veterano 'crack' de la selección argentina de baloncesto describe de forma delirante el desorden de su habitación de la Villa Olímpica
Los últimos Juegos Olímpicos del talentoso Manu Ginóbili acabaron demasiado pronto para el veterano alero de los San Antonio Spurs. Tras un buen inicio de campeonato, la derrota frente a España en la última jornada de la primera fase, condenó a Argentina a bailar en cuartos con la más fea, los imbatibles Estados Unidos, contra los que acabaron hincando la rodilla por un claro 105-78.
Entre lágrimas, 'Manudona' se despidió de las que fueron sus últimas Olimpiadas, las cuartas que ha disputado y en las que ha acumulado un oro y un bronce siendo pieza fundamental dentro de la mejor generación de baloncestistas de la historia de Argentina. Una última experiencia que ha disfrutado como la primera, tal y como hemos podido comprobar siguiendo su cuenta de Twitter y su recomendable blog (manuginobili.com). El último post de este último, no tiene desperdicio.
"NINGUNA CUCARACHA FUE MALTRATADA"
En él podemos verle en la habitación de la Villa Olímpica donde se alojaba junto a su inseparable compañero de mil batallas, el también veterano Andrés Nocioni. Tumbados en sus respectivas camas, se aprecia un desorden que el mismo Ginóbili describe con detalle. "Para ubicarlos un poco en el tiempo, les digo que esta foto se tomó 15 días después de haber llegado y que en ese momento ya llevábamos cinco días sin servicio de limpieza (decidimos cancelarlo después de que “desaparecieran” algunas cositas)", aclara con sorna el de Bahía Blanca.
La habitación de Ginobili y el ‘Chapu’ en Brasil analizada al detalle por el propio Manu... https://t.co/PwabaePy2p pic.twitter.com/LoVdFQQ76B
— Sphera Sports (@SpheraSports) 23 de agosto de 2016
Entre los muchos objetos que se pueden apreciar, destaca el repelente antimosquitos que "no solo no tocamos en ningún momento, sino que no vimos mosquitos en dos semanas", una camiseta de Racing de Avellaneda "con su correspondiente carnet de socio" o bolsas de suvenires con "muñequitos para nuestros hijos". Todo ello en medio de un caos que avergüenza al argentino. "Discúlpame mamá. Sé que hiciste un gran trabajo educándome. Esto solo fue un lapsus". Eso sí, y tal y como el propio Ginóbili confiesa, "ninguna cucaracha fue maltratada en el transcurso de estas semanas. De hecho, creemos haber contribuido a su bienestar". Un genio dentro y fuera de la pista.