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Los jugadores deportivistas celebran un gol balsámico que da el primer triunfo de la temporada a la escuadra berciana. ANA F. BARREDO

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León

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f. roberto otero | ponferrada

«Es increíble que no ganemos este partido, pero así es el fútbol. Vendrán otros partidos en los que sin merecerlo saquemos los tres puntos». Ésas eran las palabras de Manolo Herrero la semana pasada cuando la Deportiva sólo podía sacar un punto del Alcalde Manuel Candocia tras rematar 18 veces y tener más de 25 ocasiones. Y sólo una semana después la frase ha adquirido toda la vigencia, completándose la segunda variable (1-0). Ayer la Deportiva no fue la de la semana pasada. Se pareció más al equipo que había jugado en casa dos semanas antes, aunque no estuvo tan mal como entonces. El Coruxo tuvo las ocasiones para irse por delante al descanso, pero se topó con un Olmedo que fue el mejor del choque. Y en una jugada embarullada y con falta no pitada el cuadro de Herrero se acabó imponiendo y logrando una victoria que era muy necesaria y que quizá más adelante tendrá mucho más valor, pues los puntos sumarán en el casillero y ya casi nadie se acordará cómo fue el choque.

Héctor Figueroa y Menudo no fueron titulares y sí Rayco, que actuó en punta, entrando por detrás. Pastrana entró por la derecha y Juanto por la izquierda, mientras que los mediocentros fueron los de Segunda División A. Por su parte, Alberto Domínguez debutó en el portal de un Coruxo que jugó con el mismo 4-2-3-1 que la Deportiva, con un Mateo Míguez que actuó de todo partiendo de la posición inicial de mediapunta.

Como pasó ante la Cultural, desde el principio se vio a una Deportiva incómoda en el encuentro. La falta de profundidad empieza a ser tema recurrente, pero más la ausencia de acierto. La Deportiva nunca encontró espacios en las combinaciones por dentro y tuvo que recurrir a tratar de sacar el balón a los costados para centrar. Entre que los balones colgados no eran buenos, que eran fáciles de defender y que la zaga visitante estuvo muy ordenada, las ocasiones deportivistas brillaron por su ausencia. Como en la segunda parte de As Somozas, el recurso fue colgar balones. Un flojo tiro de Juanto y otro remate de cabeza de Rayco fueron las cosas más «destacadas» en ataque del cuadro berciano.

Juanto fue de más a menos y acabó reemplazado, mientras que a Pastrana se le vio poco. Al que sí se vio fue a Olmedo. El Coruxo tuvo tres muy claras en la primera mitad para adelantarse en el electrónico. En el minuto 13 Pedro Vázquez se colaba entre los centrales y remataba, salvando Olmedo. Nueve después, centro de Mateo que remata Pedro Vázquez en el primer palo de cabeza y salva de nuevo Olmedo. Y 10 más adelante Camochu ganaba la espalda a la defensa y el remate lo salvaba una vez más Olmedo.

No lo veía claro Herrero, que a la media hora ya mandaba a jugadores a hacer ejercicios de calentamiento. Tampoco el público, que se desesperaba de algunas acciones con razón y de otras sin ella, como de un balón tocado atrás para abrir a la otra banda cuando se cumplía la hora.

El entrenador deportivista movió ficha e introdujo al descanso tanto a Héctor Figueroa como a Chavero, bajando al centro del campo a Cidoncha y volcando a la banda a Rayco en el puesto que ocupaba Pastrana. La Deportiva empezó con otros bríos, pero el gas duró menos que el de una gaseosa abierta. De hecho, tras dos llegadas con peligro, no sumó un solo tiro a puerta hasta bien avanzado el segundo tiempo. Y aunque tuvo más el balón, fue de forma inconstante y en lugares de poco peligro. Imprecisiones, malas decisiones, mucha conducción innecesaria y errores en la elección del pase, incluso en acciones de superioridad. Eso por no hablar de una excesiva ralentización del juego. Todo ello se sumó a un buen planteamiento del equipo olívico, que tampoco se asomó en exceso por el área berciana hasta la parte decisiva. Un balón de Mateo a Pedro Vázquez no lo aprovechó éste solo desde la frontal del área. Se precipitó en el tiro.

Rayco tras una pared con Figueroa vio marcharse el cuero ligeramente alto al picárselo a Alberto Domínguez. Caiado, tercer recambio de Herrero, reventó el balón contra el larguero. Y en tiempo de prolongación, más bien ya superado el mismo, el gol, que sabía mejor, pero que no hizo a la gente perder su oportunidad para protestar. De hecho, hubo silbidos al final del duelo.