Griezmann clasifica al Atlético

ignacio tylko | madrid

Ya está clasificado de forma matemática para octavos de final de la Champions y sigue como líder de grupo, a falta todavía de dos jornadas, pero el Atlético debe extraer conclusiones de su agónica victoria frente al modesto, pero correoso Rostov, en el Calderón (2-1). El subcampeón de Europa ganó en el descuento, pero encajó su primer gol en esta edición del torneo y sufrió una inmensidad porque no salió a escena con la intensidad necesaria, cometió una grave desatención defensiva nada más marcar Griezmann su primer gol, de una belleza y plasticidad extraordinarias, y se mostró ansioso y falto de ideas y frescura en la segunda mitad. Le salvó otra diana del francés, que se desquitó a lo grande tras cuatro encuentros sin marcar.

Dijo Fernando Torres en la previa que, con Simeone como jefe, los atléticos saben que no deben sentirse inferiores a nadie, pero tampoco superiores. Y añadió el ariete de Fuenlabrada, que anoche superó en número de partidos con los rojiblancos (326) a un mito para ellos como José Eulogio Gárate, que sin esa humildad no serían tan competitivos. Empero, una cosa son las palabras y otra los hechos. Salieron los locales más confiados de lo habitual frente al Rostov, un equipo de medio pelo ruso que carece de una depurada técnica, pero sabe muy bien a lo que juega y es muy compacto, tal y como advirtió el técnico colchonero. Les faltaba la rapidez, movilidad sin balón, intensidad y concentración defensiva que les caracteriza en los últimos años.

El equipo que entrena el asutriaco Daniliants sorprendió con una presión alta que dificultó la salida desde atrás de los madrileños, que apenas encontraron a Koke. Pero si algo tiene el Atlético es una fe inquebrantable. Supo sufrir y cuuando ya estaba todo decidido, o al menos así parecía, emergió el francés para dar los tres puntos a su equipo.