Diario de León

LUCHA LEONESA

Los más fuertes eslabones en lo más necesitado

Dos excepcionales figuras de las de menos años que triunfan entre los «mayores»; dos destacados resultados de la calidad y también de la lucha sostenida que no ha de ser excepción.

Nerea Lorenzo, cinto Provincial y «Garra» femenina. A la derecha, Adrián Rodríguez, campeón juvenil, revelación sénior. A.B.

Nerea Lorenzo, cinto Provincial y «Garra» femenina. A la derecha, Adrián Rodríguez, campeón juvenil, revelación sénior. A.B.

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A. Barreñada | León

«La cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones». Tan apropiada la cita, además de para lo genérico, para algunas de nuestras más próximas realidades en lo específico. La de la lucha leonesa ha sido en esta temporada que ya vence, una vez más, bien definible por ese acertado pensamiento de Reid.

Aún habrá oportunidad en próximas fechas para disfrutar de lo más especial en el Campeón de Campeones, el inigualable Ribera-Montaña, los encuentros «inter-escuelas» amparados por Diputación y, se confía en ello, una competición de clubes demasiado demorada, pero (se quiere confiar también) todavía, no perdida definitivamente. Luego se hablará de otro terreno de otra lucha, de elecciones...

Algo de lo más grande, de lo mejor de este 2016 en los aluches pudo vivirse con ocasión del Campeonato Provincial del pasado sábado. Y sin embargo, la fortaleza hecha patente y ejemplificada en dos figuras concretas no puede evitar que se tenga presente, muy en cuenta, que ambos casos coinciden en dos de los «eslabones» de la lucha leonesa que mayor debilidad han mostrado en el ejercicio. Quizás esa circunstancia pueda (además de no obviarse en la necesaria corrección) ser estimada como mérito aún mayor de sus protagonistas.

Lo ha sido, protagonista destacada, Nerea Lorenzo. Sus dieciséis años han de esperar a diciembre y no pudo proclamarse campeona de la décima Liga de Verano sénior femenina porque supo decidir que a su etapa educativa le correspondía entregar lo que hubiera gustado hacer a los corros. Pese a todo, pese a su ausencia de la fase central, con otra figura, Luzma Carcedo, finalmente campeona de medios, Nerea fue la ganadora de mayor número de encuentros (seis de los quince), desde el felizmente puesto en pie en Omaña (donde ella hunde parte de sus raíces), hasta el que cerrara temporada de las luchadoras, por San Froilán, a la luz más hermosa, la de la Catedral. Y en el LXXIII Provincial (X femenino), lograba su (primera) hebilla de plata, a la que se iba a sumar el premio especial, reconocido por votación de aficionados a lo largo de toda la Liga, «Diputación de León a la Garra en Lucha femenina».

La primera «Copa de Concejo de los Pendones del Reino» reconoció a su vez a quien fue, sin lugar a duda alguna, «Revelación» del año, no obstante que sólo se revela lo oculto, y en este caso ¡era tan patente! Adrián Rodríguez, diecisiete años recién cumplidos, de Villavente de La Sobarriba: Campeón Provincial juvenil en la mañana, tras el mejor combate probablemente de todo el día con su insuperable rival, Adrián Fierro. Al igual que Nerea, fue ganador del corro presidido por la nuestra Pulchra: el mejor escenario para su primera victoria sénior, visible por la gran afición... Y detrás, tanta lucha, de esa que tan poco se sigue y tan fundamental es.

Adri ha sido en este primer año suyo como juvenil campeón de ligeros en el XXIV Trofeo Diputación, su liga de verano; entre los sénior, la Regularidad la cerraba en el séptimo puesto de la general. En abril participaba por primera vez, como uno de los sub-21 más jóvenes, en el XXX Campeonato de las Luchas Celtas disputado en Bretaña, donde lograba quinto puesto en Backhold y bronce en Gouren, y lo hacía con esa manera singular suya de aprender y mejorar en cada agarre, integrar siempre equipo, eso tan poco habitual en nuestra lucha. No pudo estar en ese Europeo Nerea, pero sí había sido poco antes campeona de medios en la III Liga León Cuna del Parlamentarismo.

Compartieron colegio, pero no escuela: la de él enraizada en la tradición de La Sobarriba, y «por todo lo que tengo detrás, desde mi padre al Junco»; la de ella, crecida con judogi (en este mismo año ganado su primer dan) de la mano de Sara Terán y siendo una de las primeras figuras formada en el Luchódromo Ciudad de León, en el seno de las Escuelas Municipales.

Entre lo mejor del año Adri destaca el corro de la Catedral, pero también el primero en que luchó final sénior, el de Villafañe; entre lo peor, tener que «pasar hambre» para entrar en el primer peso de los mayores, y en juveniles «que seamos tan pocos, que se vayan compañeros a otros deportes, como el fútbol, no sé, porque algo estamos haciendo mal...». Nerea agradece de manera especial que su premio a la «Garra» sea dado por la afición con sus votos, lamenta no haber podido estar en toda la Liga y que, también, seamos tan pocas...»

Las recompensas para ambos hacen justicia a una continuada fortaleza, que, si bien ellos son excepcionales, no puede ser excepción en la Lucha.

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