Las cacerías de inicio pintan bien

PEDRO VIZCAY | LEÓN

Tras el puente de Todos los Santos, en el que los cazadores han salido masivamente al campo, y una vez contrastados los resultados en una muestra significativa de los acotados leoneses se va mantiene el optimismo inicial sobre el aparentemente buen año de perdiz. Bien es cierto que la meteorología ha ayudado con días soleados y altas temperaturas, lo que facilita que las perdices se queden tras el primer levante. Tan solo hay un problema, y es que los perros se fatigan antes, pierden vientos y es fácil perder perdices que han caído de ala. El campo está bastante seco, salvo a primeras horas, debido al rocío de la mañana. En estas condiciones es factible perseguir la perdiz a rabo, bien en los terrones, en las escasas “pajas” que aún quedan por levantar o en los sembrados de trigo y cebada que en los secanos ya empiezan a reverdecer. El campo está precioso para cazar en mano. Hay aficionados que han tenido la suerte de toparse con un buen bando que nadie más ha visto, pero la tónica general son pequeños grupos que se han disgregado tras varias jornadas seguidas de caza. Esta impresión se produce en las campiñas y oteros, tradicionalmente perdiceros. La mayoría de acotados tienen establecidos cupos que van de una a tres perdices como máximo. Hay sin embargo acotados donde no existen cupos y es precisamente en éstos donde la responsabilidad del cazador será determinante. Con el campo en estas condiciones y el tiempo favorable, puede darse al traste en pocas jornadas con una temporada en la que, es necesario cuidar y respetar a las “patirrojas” para que den juego y garanticen el futuro. Y una nota curiosa: el instinto de supervivencia de la perdiz se agudiza año tras año de forma que busca los lugares más protegidos. Así hay quien afirma que hay buenos bandos de perdiz en las zonas de seguridad del AVE que atraviesa la Tierra de Campos y dónde, por lógica, no se las molesta.

PREOCUPACION POR LA LIEBRE

Lo que no invita al optimismo son las liebres que, especialmente en algunas zonas, escasean de forma preocupante. Incluso han aparecido animales muertos que ya están siendo analizados por los servicios veterinarios de la Junta de Castilla y León. En esta ocasión, y a la espera de los resultados, no parece ser la temida tularemia sino, y según los galgueros, la epidemia de garrapata que asoló el campo en verano. En todo caso las liebres que se han visto, gozan de perfecta salud a tenor de sus veloces carreras. El conejo de monte, otra de las piezas cinegéticas más apreciadas, no ha sufrido el daño habitual de finales de verano pese a que éste ha sido especialmente seco tras los calores de agosto y el comienzo del otoño con muy pocas las lluvias. Sin ser una gran temporada las bajas producidas por la mixomatosis y la hemorragia vírica no han sido determinantes y se ven bastantes conejos en aquellas zonas en las que no habían desaparecido. Sin grandes alardes puede hablarse de un buen año de conejos. Esta caza, especialmente divertida cuando se dispone de buenos perros, será sin duda la caza del futuro pues el roedor, extraordinariamente prolífico, empieza a ser una plaga en los campos de Toledo y Ciudad Real, incluso en León donde amenaza las nuevas plantaciones de viñedo y se está recuperando en muchas zonas donde casi había desaparecido.

La Delegación Leonesa de la Federación de Caza comunica que la celebración del campeonato provincial de caza menor con perro, clasificatorio para el autonómico, será el próximo sábado día cinco de noviembre. Este año el campeonato va a cambiar de escenario. Se celebrará en los acotados de Villacalabuey, Santa María del Monte, Banecidas y Bustillo, en la zona del Cea. Son acotados administrados por la sociedad Riomonte que, para compaginar su uso con los asociados, delimita el campeonato a los terrenos al Norte del Canal. Se trata de un campo muy perdicero pero difícil en el que se requiere, más que un buen perro, buenas piernas. La concentración se realizará en el área de servicio del Burgo Ranero.