Los cintos extrañarán a su Junco

A. Barreñada | Sobarriba

Desprendimiento (‘arrancamiento’) de la pelvis de dos de los tres músculos isquiotibiales: una muy dura lesión sufrida en el corro de Las Manzanedas, en el combate que justamente seguía al que supuso a su vez la fractura de húmero de Miguel Díez, a quien fue uno de los primeros en arropar, supuso el precipitado fin de temporada para uno de los más grandes: Clemente Fuertes. Había conseguido ya el título de la Regularidad en cita previa, logrando completar una de las más grandes ejecutorias en toda la historia de la lucha leonesa.

En próximos días va a comenzar, en Madrid, la necesaria rehabilitación y, desgraciadamente es una de las más destacadas bajas en el Campeón de Campeones.

«Fue algo inexplicable: era un movimiento mil veces repetido, (tienes una foto de algo idéntico en Mansilla), el rival trancando, yo volviéndola, abriendo las piernas... y no aguantaron los tendones» Da cuenta Clemente, recordando la forma en que se produjo. La primera atención médica no resolvió y, afortunadamente, con su traslado a la madrileña Clínica Centro, lograba ponerse en manos de uno de los mejores profesionales: el doctor Flores, médico de la Selección Española de Balonmano.

Seis meses de baja, sin ninguna actividad deportiva, recuperación lenta y complicada, y después... Ahora toca esa recuperación, que se desarrolle de la mejor manera; y ahora, también se puede hacer valoración, recuento, de temporada, también de trayectoria.

«En lo deportivo, estupenda la liga: luché veintitrés corros gané dieciocho, diez de los últimos once» señala el Junco.

«No podía pedir más en ese nivel deportivo, hasta que me lesioné» La desgraciada lesión se producía en combate con uno de sus mejores rivales, en el combate, que cada tarde buscaba la afición. De la excelente pugna con Tomás el de La Vecilla y del interés que ha concitado, dice el de La Sobarriba que «durante muchos años he visto cómo la gente esperaba el combate de Iván con Clemente, de Héctor con Clemente, de Yugueros, de Tomás... Lo vivo con la misma tranquilidad, es una tónica que me ha acompañado y que me hace pensar que mi lucha es valorada».

Su lucha volvía en este ejercicio a semipesados, donde mejor se siente. Si le preguntamos por la aparente merma de relevancia de esta categoría en este 2016, lo tiene (como tantas cosas) muy claro: «Si este año hubiésemos estado todos los federados hubiera sido el mejor de los últimos diez. Han faltado los hermanos Pérez, Fernando, Jesús María Cabero luchó media temporada, Morala, Bulnes pasó al peso superior... Faltaban cinco o seis puntales con los que, sumados a los demás, habría sido la acostumbrada categoría espectacular».

Su visión de la lucha toda es diáfana y su análisis vale como mejor resumen: «En ligeros, los nuevos que vienen ganando (deberían hacerlo más), ya están en la pomada. Adrián, Busy, Filín... deberían ganar más corros, pero ya han metido la cabeza. En medios Moisés ha luchado con mucha suficiencia. Víctor necesita quizás dos o tres kilos más; si los coge, estarán de tú con tú. Y en pesados se ha limitado la mayor igualdad por la participación de Javier Ledesma. He visto muy bien el fin de temporada de Abel, y la victoria de Bulnes ha acompañado el aliciente de única no vista para sentencia hasta el último momento».

Finalizada la liga (la que no podía completar el de Tendal), quedaban los tres especiales. La imposibilidad de disputarlos es otra lamentable consecuencia de la lesión: «Claro que duele también que me haya perdido el Provincial, que me pierda el Campeón de Campeones, y el Ribera-Montaña, además en mi tierra, hubiera sido una sensación muy bonita de despedida de la temporada, y quizás algo más... La sensación era que iba a saborear estos últimos corros (después de haber regresado de la lesión de hombro un poco como auto-examen)... No se sabe cuál puede ser mi relación futura con la lucha. Me sentía bien y con ganas. Ahora, necesito desintoxicarme de lucha, e ir a verla sin participar me pone nervioso, no me hace bien».

No acostumbra a tener reconocimientos otra labor en la que el sobarribano, también, ha destacado, de lo que dan buena fe los éxitos de algunos de sus discípulos: «El mérito es del ayuntamiento de Valdefresno. Esté yo o el que venga, hay un ayuntamiento que trabaja por ello. Si siguen apoyando, seguirá habiendo buenos resultados. Adri, Javi... y los que vienen: los Mondelo, Jorge Iglesias... estarán ganando corros. Jose, Carlos, Matías, de ellos es la Escuela y sus éxitos; lo mío es secundario».

Quince ligas (a lo largo de los cuatro pesos), doce provinciales (el primero con dieciséis años) y doce Campeones (también en los cuatro pesos), a lo largo de dos décadas, no son precisamente secundarios. Y tanta gran lucha.