europeo femenino
Las Guerreras avanzan de puntillas tras arrollar a Eslovenia
España pasa de ronda sin puntos y lo tendrá muy difícil para alcanzar las semifinales. RFEBM
JAVIER VILLANUEVA | ESTOCOLMO
La selección española femenina de balonmano logró la clasificación para la segunda fase del Europeo de Suecia, tras golear ayer por 30-18 a Eslovenia, en un encuentro en el que las Guerreras, por fin, mostraron su verdadera esencia. La leonesa Mireya González ayudó en la victoria.
Con pie y medio fuera del campeonato y obligadas a ganar por al menos cinco goles para asegurar su presencia en la siguiente ronda sin depender de terceros, recuperaron su mejor versión. Especialmente en defensa, donde las de Jorge Dueñas, perfectamente respaldadas por una de nuevo espectacular Silvia Navarro en la portería, maniataron a una selección eslovena que tan sólo fue capaz de anotar cinco goles en el primer tiempo.
Una circunstancia que no desaprovechó el conjunto español para dejar encarrilado al llegar al descanso (14-5) el triunfo y la clasificación para la segunda fase, en la que España, eso sí, partirá con cero puntos en su casillero.
Renta que convierte casi en una utopía la posibilidad de acceder a las semifinales, una realidad que no debe empañar el gran partido realizado ante Eslovenia por el conjunto español, que ayer sí se comportó como ese equipo capaz de ganar a cualquiera.
Una mejoría que se sustentó en el excelente trabajo defensivo desplegado, especialmente en la primera parte, por el equipo español y en el que destacó la actuación de la pivote Judith Sans.
La joven jugadora del Super Amara Bera Bera, de tan sólo 22 años, se mostró como el complemento perfecto de la pareja que conforman en el centro de la defensa española Eli Chávez y Lara González.
Un muro prácticamente infranqueable que facilitó, sobremanera, el trabajo de la guardameta Silvia Navarro, que solventó cada mínimo fallo del equipo español con una oportuna parada. Solidez defensiva que permitió a España afrontar, por primera vez en el campeonato, el ataque estático con la tranquilidad necesaria para hacer llegar el balón a las jugadoras de segunda línea.