Pesca a la leonesa
Por primera vez aparece un apartado específico para esta especialidad tan genuina de León y que corre un serio riesgo de desaparecer. Se reserva un coto, el de Valdepiélago en el río Curueño, para pescar con este arte tradicional. Se pescará sin muerte y todos los días de la semana. La pesca a la leonesa se define como la técnica de pesca con mosca artificial mas antigua y conservada en España. Su característica fundamental es el empleo exclusivo de moscas artificiales elaboradas con plumas del gallo de León y que nunca irán lastradas. Estos señuelos artificiales, unidos a la línea mediante codales, constituyen el aparejo o cuerda. El número de moscas colocadas en el mismo viene definido por la tradición y la práctica, dependiendo de la modalidad empleada para el lance y la presentación de las moscas. Existen tres modos de pescar a la leonesa: el más antiguo, con vara o varal, utilizando una caña desnuda sin anillas ni carrete. La línea desprovista de boya o «buldó» irá unida al puntero de la caña y el número de moscas nunca suele ser menor de cinco. A lance ligero, utilizando una caña anillada de entre dos y cinco metros de longitud y un carrete de tambor fijo. En la línea se coloca una boya o «buldó» para poder lanzar y el número de moscas suele ser de cinco, cuatro por delante de la boya y una de rastro. Con sedal pesado o cola de rata, utilizando una línea flotante y un número de moscas entre dos y tres.