El 'sorpasso' del Villarreal

Hubo un tiempo en que no había dudas de cuál era el primer equipo de la Comunidad Valenciana. Hoy tampoco. El Villarreal ha culminado el gran sueño de todos los equipos que crecen a la sombra de otro y ya vive habitualmente por encima del Valencia. Si se compara historia, vitrinas y masa social, la balanza cae con fuerza hacia el sur pero desde hace años los resultados y la gestión están sesenta kilómetros más al norte.

Esta es la cuarta temporada del equipo groguet desde que regresó a Primera y, salvo que la Liga enloquezca, será la tercera que quede por delante de su vecino. Igualmente esta es su tercera campaña seguida en Europa mientras que el Valencia sólo ha jugado en el Viejo Continente en uno de estos tres ejercicios. El sorpasso es más que evidente.

 

El primer intentó de este asalto vivió su simbólico y frustrado final el 5 de mayo de 2012, cuando se cruzaron en la penúltima jornada. El Valencia con la Champions asegurada y el Villarreal peleando por eludir el descenso. El empate le valía y se daba por hecho que así sería (pacto mediante o no) pero un gol de Jonas empujó al conjunto groguet a Segunda y puso final a una etapa de germanor que se había ido encrespando.

El orden natural parecía asegurado pero la caída acabó siendo un trampolín para el Villarreal que en su escalada ha dejado atrás a un Valencia en decadencia deportiva, social y económica.

LA OBRA DE FERNANDO ROIG

Durante un tiempo, el Valencia pareció haber burlado su reconversión en sociedad anónima. Su propia fundación se hizo con la mayoría accionarial, el club era su propio dueño y miraba por encima del hombro un modelo en el que su amo y presidente hacía y deshacía.

En El Madrigal eso no ha cambiado, con el valor añadido, además, de que ha sido capaz de reconstruirse tras su caída a Segunda. "En este club sólo manda una persona y es Fernando Roig", dijo Roig de sí mismo en septiembre. El que sí ha cambiado es el club de Mestalla, donde el empaste legal de esa autocompra acabó con el club en manos de Peter Lim.

El Valencia perdió la pasada temporada 31 millones de euros; el Villarreal, en cambio, ganó 14

El inversor hace y deshace desde Singapur y sin que nadie tenga muy claro con qué rumbo e intereses. Marchando dos tazas de caldo para la mesa de abajo. La temporada pasada el Valencia perdió más de 31 millones, tres por la gestión de Lim y 28 por multas por operaciones de dirigentes anteriores. El Villarreal, en cambio, ganó 14.

Más amargo aún es para los valencianistas la comparación del modelo deportivo. Siendo ambos vendedores, desde hace años se ha extendido la sensación de que el Valencia compra caro y el Villarreal barato y de que el primero no sabe sacar rendimiento a muchos jugadores a los que su vecino exprime. Y algo de eso debe haber si se miran los últimos movimientos en sus direcciones deportivas.

En la de Mestalla, Jesús García Pitarch está cada vez más cuestionado, en la del Villarreal hace unos meses dejó ir a Antonio Cordón por una oferta irrechazable del Mónaco. Esta misma semana Roig Negueroles, consejero delegado groguet e hijo del presidente, dijo que en este blindarán a sus estrellas.

«Genera seguridad y hace que podamos contar con un bloque importante de jugadores y hacerlo a largo plazo», apuntó. Unos días antes el ya dimitido Cesare Prandelli dijo que en Mestalla todos los jugadores eran transferibles. En el Valencia, Paco Roig, ex presidente del club y hermano del dueño del Villarreal, fue rotundo.

«El señor García Pitarch se tiene que ir, ha hecho una mierda de equipo. Ha traído unos jugadores que son una puta mierda. ¿Qué ha hecho García Pitarch para estar dirigiendo al tercer club de España?», se preguntaba en La Sexta. Todo en orden. Pero ahora mismo el Valencia no es ya el tercero de España ni siquiera el primero de su Comunidad. Y García Pitarch, que presentó su dimisión este sábado de manera irrevocable, tampoco es el director deportivo del club valencianista.