CON DEPORTIVIDAD
Rojo, amarillo... y verde
Fútbol es fútbol, hasta el final no se puede cantar victoria, esto no es como empieza sino como acaba, hasta que no pita el árbitro todo puede pasar..., son términos y frases utilizadas en el ambiente futbolístico cada domingo, en algún partido a lo largo de los diferentes campos de fútbol, y que no en pocas ocasiones surte efecto de realidad, recordando que es un deporte donde los sentimientos y estados de ánimo se mezclan, y varían en un sentido u otro en el transcurso del propio encuentro. La efectividad es el gol y el tiempo de juego está limitado en números fijos y en dos partes, aunque posteriormente dentro del match el tiempo real sea otro.
La Cultural cumplió con creces el símil de los colores, y es que pasó por todas sus etapas, eso sí, con final feliz y premio hacia la grada con fuertes emociones, que se transformaron en momentos temporales de éxtasis, descargando toda la adrenalina contenida. A estas alturas de temporada donde se definen muchas trayectorias de los equipos, lograr la victoria no es fácil y cuesta, independientemente de la situación clasificatoria, y del valor de los puntos, que es el mismo. Capacidad de lucha y entrega, saber creer en sí mismos, confianza y acierto de cara a portería, han sido elementos puestos en práctica para dar la vuelta al partido.
La Ponferradina mantiene su rumbo intermitente que le permite seguir haciendo la goma, y acercarse cada vez más a esa ansiada cuarta plaza. Sin muchas sensaciones de cierta autoridad y sin levantar mucho ruido, de los últimos seis encuentros un sólo triunfo, los resultados de los contrarios le han permitido recortar distancias y poner el aliento en su cogote. El fútbol tiene estas cosas, aunque con la falta de regularidad no conviene jugar mucho. El tiempo espera, pero con límites.