FÚTBOL | SEGUNDA DIVISIÓN B
Del caviar a la mortadela
El equipo leonés se lleva una victoria poco vistosa frente al cuadro chacinero pero que sirve para que los de De la Barrera mantengan su ventaja en el liderato
ÁNGEL FRAGUAS | LEÓN
La Cultural consiguió tres valiosos puntos (3-1) y sigue en proceso de recuperación de un estilo que maravilló en la primera vuelta del campeonato. Lo definió perfectamente el entrenador Rubén de la Barrera tras el partido disputado en el Reino de León. «La primera vuelta acostumbramos a la gente a caviar y ahora toca mortadela», señaló el técnico culturalista, que en plenas fechas de carnaval ha quitado a más de uno la careta. La Cultural no deleita como lo hizo, pero la única realidad es que sigue como líder del Grupo I de la Segunda División B. Hacía más de treinta años que no se veía un fútbol de la envergadura de esta campaña y ya comienzan a florecer sobre la grada del Reino demasiados agonías que ya no se conforman con mortadela ni en los días más tristes de un invierno que como todos los años será pasajero. Ni ante rivales con urgencias en la clasificación, como es el Guijuelo. Este invierno, como los demás, dejará paso a días con sol, que son los que también espera una Cultural que atraviesa por una época de depresión en su juego, pero que no afecta a la cabeza por seguir en lo más alto de una temporada que apunta más a sonrisas que a lágrimas, aunque los de siempre se empeñen en oscurecer un sol que antes o después resplandecerá sobre el Reino.
La Cultural comenzó frente al Guijuelo, cierto es, sin el juego que ha mal acostumbrado a su parroquia, aunque enchufada desde el primer minuto al partido. Algún fogonazo se vio de lo que fue el bloque pero sin la continuidad que encandiló en los días de vino y rosas. El caviar al que aludió Rubén de la Barrera hay que alternarlo con alguna dosis de mortadela, aunque no guste masticarla. Mejor o peor, frente al Guijuelo se pasó el trago. Y tres puntos más al casillero de una Cultural que mantiene su condición de líder en la tabla, pese a que sus rivales directos por esa primera plaza del grupo no ceden. Tanto Racing de Santander como el filial del Celta vencieron. Volvieron a ganar, además a domicilio, a rivales de peso como el Tudelano y el Valladolid B. Tarde plena de puntos para los dos perseguidores, si bien posiblemente también les llegue el invierno aunque sea en primavera.
La Cultural volvió a manifestar sobre el césped que cuenta con un plantel fiable, por encima de si el juego funciona mejor o peor. Futbolistas que supieron amarrar un encuentro por los tres puntos que se dirimían y contabilizar una jornada menos. Lo demás son sensaciones, que cierto es, también cuentan. Sobre todo para que el grupo fiable que hay en el vestuario culturalista sepa que las victorias con mortadela no saben tan bien como las que se comen con caviar. El sabor importa. Y mucho. Pero cuando se tiene necesidad de seguir arriba y con fuerza, lo importante es que el estómago se llene. Y ayer quedó saciado una vez más. Los tres puntos se quedaron en el casillero culturalista un domingo más en el Reino.
El equipo de casa impuso su capacidad sobre la de un Guijuelo que acudió a León con la intención de sacar un resultado positivo a base de frenar a la Cultural con dos líneas muy juntas, imposibilitando los espacios cerca de la portería de Kike. Los locales lo intentaron desde el primer minuto con balones a las bandas. Viti ya dispuso de la posibilidad de adelantar a la Cultural antes de que se cumpliese el primer cuarto de hora del encuentro. Su disparo desde la frontal del área rozó el larguero visitante.
Los de casa se hicieron con el dominio y también con el control del encuentro. Sobre todo cuando en un minuto el delantero Benja llevó en dos ocasiones el balón a la red contraria. En el minuto 26, el choque pareció sentenciado. Pero no. La Cultural dejó espacios de medio campo hacia atrás que lo aprovechó el rival para despertar un partido que estaba tan dormido como la tarde gris tras los dos goles de Benja. A Antonio Martínez no le quedó más remedio que derribar en el área a Aitor Aspas. El correspondiente penalti lo cobró Raúl. El 2-1 abrió el encuentro. Más por lo apretado del marcador que por la reacción visitante. El conjunto chacinero no se atrevió a coger el mando del partido. Se limitó a través de un estilo demasiado tosco a intentar tímidos ataques, que determinados lances convirtieron en peligrosos. Más por desajustes del centro del campo y defensa de la Cultural que por méritos del rival. Como la ocasión que se le presentó a Pino, que desaprovechó una de esas oportunidades que te dan o te quitan puntos.
El discurrir de la segunda parte diseñó un control culturalista y tímidas llegadas chacineras que no se convirtieron en nada positivo, pese a lo intentos de Pino ante la portería de Palatsí. Cuando el partido languidecía con la mortadela ya masticada, Álex Gallar dejó un buen sabor de boca. Puso el dulce postre en el Reino con el tercer gol.