...Victoria segura
E sta frase suele utilizarse con otra anterior, y es ‘cambio de entrenador’. En el mundo del futbol la hemos escuchado muchas veces, y es que parece que cuando un equipo recibe un nuevo inquilino en el banquillo, algo cambia para bien y se consigue ganar partidos. Esta circunstancia, más allá de ocurrir siempre o casi siempre, como es lógico tiene más variables que únicamente el cambio de ‘jefe’. Hoy quería hablar de este tema por el cercano cambio en el banquillo del Benidorm, equipo de Asobal que estaba en la última plaza y que el pasado fin de semana ya ganó su partido frente a la revelación la liga, el Cuenca. Dos puntos que le meten de lleno en la lucha por la permanencia y obliga al resto de equipos a apretar bien los dientes para evitar el descenso. Pero, ¿qué lleva a un equipo a comenzar a ganar puntos cuando no lo hacía hasta el momento? Se piensa siempre, acertadamente a mi parecer, que el trabajo constante y duro es el que cambia las cosas, el que permite alcanzar los objetivos que se tengan fijados. Pero más allá de mostrarnos ese ‘esfuerzo’, la norma de entrenador nuevo, victoria segura nos indica que otros factores influyen. El líder nuevo no tiene una fórmula mágica para en una semana conseguir puntos, ni tiene un conocimiento de la plantilla extremo como para sacarla el máximo rendimiento en días. Lo que ocurre es un cambio en la dirección, en la forma en la que el grupo reacciona a las indicaciones del líder. El cambio no viene por el entrenador, sino por la plantilla. Muchas veces se dice que «estamos en manos de los jugadores», y en este ejemplo creo que se puede comprobar que es cierto. No creo que Zupo en dos semanas les haya enseñado a jugar a balonmano, ni creo que ellos no supieran antes, sino que algo en la motivación y la cabeza del jugador ha cambiado; digamos aire fresco, la motivación del cambio. Todo al principio es más fácil, lo difícil es el día a día.