Diario de León

CICLISMO

Sahagún, apellido con genes de campeones

■ Enrique y Eva comparten vivencias y éxitos sobre la bicicleta
El padre fue gregario de Ocaña, la hija un referente en féminas.

Eva y Enrique y los dos hijos de ésta, también deportistas, con algunos de los maillots que han vestido como ciclistas. FERNANDO OTERO PERANDONES

Eva y Enrique y los dos hijos de ésta, también deportistas, con algunos de los maillots que han vestido como ciclistas. FERNANDO OTERO PERANDONES

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MIGUEL ÁNGEL TRANCA | LeÓN

Padre e hija unidos por una misma pasión y también por un deporte en el que ambos han escrito páginas de gloria, el ciclismo. Son Enrique y Eva Sahagún, el más claro ejemplo de que los genes de campeón se heredan. Y en estos dos leoneses se ha dado de una forma clara.

La bici ha sido su pasión y también una herramienta con la que han disfrutado de muchas tardes de gloria. En la retina de ambos se agolpan innumerables recuerdos, todos pasados pero muy candentes en el presente. Ni el tiempo ha borrado sus gestas en la carretera. Las de Enrique en aquella Vuelta a España en la que fue vital en el triunfo de Ocaña o en aquel segundo puesto en una Vuelta a Guatemala en la que probó la extrema dureza de unas carreteras y ascensiones que hoy en día incluso serían un imposible para buena parte del pelotón profesional.

Enrique, en su etapa en La Casera-Peña Bahamontes en la que estuvo de 1968 a 1973. DL

Enrique reconoce que en aquellos tiempos el ciclismo no daba para mucho. Incluso compaginaba esa faceta con otros trabajos. Ganar o incluso ser un gregario de primer nivel no suponía que el dinero llegara de forma abundante. Pero su pasión podía más. Todoterreno incansable, compañero y apoyo en el que los líderes poder sustentar sus malos días. Todo tenía cabida en un Enrique que en la élite del ciclismo vivió sus mejores años en la escuadra La Casera-Peña Bahamontes en la que permaneció desde 1968 a 1973. Al añó siguiente pasaba al Monteverde para luego decir adiós al pelotón aunque no de una manera definitiva ya que siguió teniendo a la bicicleta como una compañera inseparable.

Atrás quedaban unos años en los que este leonés había demostrado ser uno de los grandes gregarios del pelotón. Hasta el punto de que grandes de las dos ruedas como Ocaña querían tenerlo a su lado. Hasta el punto de que este leonés, por su despliegue físico y visión de las carreras, siempre estaba en los momentos determinantes, tanto en el llano cuando los abanicos hacen mella como en las subidas para mantener un ritmo de caza o exprimir al pelotón buscando un posterior ataque de su jefe de filas. Enrique compartió también escenario con grandes del ciclismo como el propio Ocaña, pero también como el ‘Canibal’ Eddie Merckx, Zoetemelk o Thévenet por citar a unos pocos. De todos guarda una porción de recuerdo en su almanaque de vivencias.

Todas esas experiencias las recuerda como si se hubieran producido ayer este exciclista leonés para el que su pasión por la bicicleta la llevaba en la sangre y a pesar, como cuenta su hija Eva, de que su familia era modesta, logró hacer realidad sus sueño luciendo además como uno de los grandes de este deportye que ha dado la provincia leonesa.

Precisamente sus genes competitivos y amor por la bicicleta los heredaba años más tarde su hija Eva, que nacía en aquellos años finales que Enrique disfrutaba como profesional. Eva Sahagún seguía sus pasos y también lograba importantes éxitos para el ciclismo español y en especial para el leonés. Esta exciclista que en la actualidad ejerce de Policía Local en León, profesión que también le ha permitido mantener su pasión por el deporte de las dos ruedas hasta el punto de que en esta nueva faceta profesional ha logrado triunfos como el Nacional de mountain bike para fuerzos y cuerpos de seguridad del Estado así como los que firmaba en las Olimpiadas para policías, daba sus primeras pedaladas a los seis años. «Compaginaba el ciclismo con otros deportes porque a mí me gustaba hacer ejertcicio», apunta Eva que recuerda que su padre, a pesar de ser ciclista «nunca me presionó o dirigió mis pasos hacia un sitio u otro. Me dejaba libertad para elegir y eso se lo agradezco porque sin presión pude encaminar mis pasos hacia el ciclismo».

Eva en una competición de la selección española. DL

No fue hasta los 12 años cuando Eva empezó a competor. Y lo hizo con tantra calidad que no pasó desapercibida para los responsables federativos que pronto incluyeron a la leonesa en los programas de competición dentro de las diferentes selecciones.

«Por aquel momento salvo en el País Vasco, Cataluña y algo Valencia no existían escuadras en las que poder competir. Yo en parte tuve la suerte de entrar a formar parte de la selección muy pronto y también de que un equipo como el Saunir Duval me fichase. Pero si he de ser sincera lo que más me ayudó fue la selecciónya que gracias a ella pude competor internacionalmente y eso te ayuda a crecer deportivamente mucho».

Eva María recuerda todos esos años como una gran experiencia de vida. «Tuve momentos buenos y malos. Pero me quedo especialmente con los buenos como ese quinto puesto cuando tidavía era júnior en el Mundial de Quito en la prueba contrarreloj. «Para una española quedar tan cerca de las medallas parecía algo imposible. Y para mí fue un momento maravilloso porque demostraba que había cerrado mi etapa júnior de la mejor manera posiblepara luego como profesional buscar metas mayores, precisa una corredora que a los 23 años dejaba el ciclismo «para dedicarme a otras facetas de la vida. Sé que lo dejé muy joven pero sabía que aunque las féminas estábamos abriendo el camino la vida me estaba deparando otras cosas».

Enrique y Eva, dos Sahagún que han llevado su pasión y amor al ciclismo a convertirse en una parte importante de su vida. Sus genes de campeones así lo han hecho posible. A uno y otra los separan 33 años pero en ambos casos los une no sólo la familia al ser padre e hija, también un deporte en el que han sido protagonistas durante años y que aún recuerda sus gestas, sus hazañas, los días buenos y los menos buenos... y el esfuerzo y dedicación que para ambos ha supuesto el ciclismo. Saben que tal vez no han sido grandes campeones pero sí unos deportistas que en su día triunfaron en lo que persiguieron haciendo realidad sus sueños.

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