El Cleba afronta siete citas exigentes para obrar un milagro

c. a. | león

Diez años después del ascenso, Esencia 27 Cleba está al borde de un precipicio que podría dejar al equipo leonés fuera de la élite del balonmano femenino. La última derrota, el pasado sábado ante el Valencia, un rival directo en la lucha por la permanencia, ha dejado a las de Felipe Verde con muy pocas opciones de salvación.

Solo restan siete jornadas hasta el final de Liga y las leonesas únicamente tienen cinco puntos en su casillero, frente a los nueve del conjunto de la ciudad del Turia, donde se sitúa el objetivo.

Además el calendario que debe afrontar el Cleba es muy complicado, con varios enfrentamientos ante contrincantes de la parte alta. Así, disputarán su próximo encuentro contra Porriño, sexto clasificado. Y encima a domicilio.

Después regresarán al Palacio, donde recibirán al Granollers, undécimo. Este aparece, a priori, como el duelo más asequible de los que aún faltan. Una semana más tarde viajan a territorio insular para oponer sus argumentos con los del poderoso Rocasa, tercero, a seis puntos del líder. Luego reciben al Málaga y cerrarán la temporada frente al Zuazo, Gijón y Bera Bera, que podría llegar a León como campeón de Liga.

Por tanto, la permanencia es ahora un reto difícil de conseguir, aunque las jugadoras y el técnico ya han dejado claro que lo dejarán todo sobre la pista para intentar un milagro.