Un clásico para decidir la Liga
El Real Madrid, crecido tras eliminar al Bayern, quiere dar la puntilla a un Barcelona al que sólo le vale ganar en el Bernabéu para tener alguna opción de alcanzar al líder en las últimas jornadas.
roberto morales | madrid
Real Madrid y Barcelona protagonizan el gran Clásico del fútbol español en el Santiago Bernabéu (20.45 horas, Partidazo), decisivo para el título de LaLiga Santander, con los madridistas ante la posibilidad de asestar el golpe definitivo ante su afición al eterno rival, que está obligado a ganar para prolongar el pulso.
El Real Madrid, crecido tras eliminar al Bayern Múnich de la Liga de Campeones, tiene en su mano dar un paso de gigante hacia su gran objetivo del curso, volver a reinar en la Liga, en un escenario soñado, ante su gran rival, al que puede ver perder todos los títulos grandes en cinco días.
Zinedine Zidane sabe que es el momento deseado por cualquier madridista e intenta rebajar la presión, quitar importancia al duelo, convertirlo en uno más. Pero es consciente de que su primer clásico como técnico madridista en el Santiago Bernabéu, no lo es.
Huye del favoritismo y de la importancia del aspecto anímico. Vuelve Gareth Bale, recuperado de su séptima lesión de sóleo, y obliga a Zidane a decidir. Apostar por el galés le condiciona a regresar al 4-3-3 y volver a mandar al banquillo a Isco Alarcón en un momento excelente. También Marco Asensio ha presentado con brillantez su candidatura a la titularidad.
Es la gran duda por despejar de su equipo titular, que llega con lo justo en defensa por las bajas de Pepe y Raphael Varane. Con Nacho Fernández y Sergio Ramos, el salvador de la primera vuelta en el Camp Nou, jugándolo todo.
Keylor Navas, con la necesidad de sentirse salvador en una gran cita, estará en la portería y Dani Carvajal y Marcelo, ambos en estado de gracia, en los laterales. Casemiro, Kroos y Modric son indiscutibles en la medular, más Cristiano Ronaldo y Benzema.
El portugués disfruta en su nueva posición y exhibió su poder en el remate con cinco tantos al Bayern en dos partidos. El francés parece más fino que nunca, con puntería y cinco kilos menos para responder con trabajo a la crítica.
Al Barça solo le sirve la victoria en el Bernabéu. Ganar y esperar o perder y despedirse de la Liga. No tiene ningún margen de error en casa del gran enemigo, donde, previsiblemente sin Neymar, sancionado, buscará apurar sus opciones en el último clásico de Luis Enrique como técnico azulgrana.
Su irregularidad le ha llevado a este punto. Sus resultados, especialmente como visitante, le han conducido al límite. En el clásico se disiparán prácticamente todas las dudas.
Saben los barcelonistas que están ante su única oportunidad, justo unos días después de haber quedado eliminados de la Liga de Campeones a manos del Juventus —una eliminatoria en la que no marcó ni un gol—, por lo que necesitan superar este mal momento para no quedarse únicamente con la Copa del Rey como objetivo del curso.
Será especial el partido para todo el equipo, pero en concreto para Leo Messi, que hace tres años que no marca al Real Madrid —la última vez que lo consiguió fue el 23 de marzo de 2014 cuando logró un triplete en el 3-4 logrado por el Barça del Tata Martino—, pero que sigue siendo el máximo goleador de los clásicos con 21 tantos en 33 duelos, tres más que el mítico Alfredo di Stefano. Messi tiene que volver a liderar a un alicaído equipo azulgrana.