JUDO
Maestro de octavo Dan
Carlos Llamazares García consigue con 66 años una distinción al alcance de pocos Su reto, llegar al noveno
Carlos Llamazares en su gimnasio de Ponferrada. M. MACÍAS
M. MACÍAS | PONFERRADA
Lleva toda una vida dedicada a las artes marciales. Pasión que le ha llevado hace unos días a lograr algo al alcance de muy pocos, el octavo Dan. Se llama Carlos Llamazares y desde el Bierzo ha conseguido con 66 años convertirse en uno de los pocos elegidos en lograr un estatus dentro del kárate donde empezó como alumno y en el que es ya, desde hace mucho tiempo, un contrastado maestro.
En esta segunda faceta Carlos comenzaba en 1977 dando clase en el Judo Club Blume pasando un año más tarde al Gimnasio Timodi. En 1980 Carlos Llamazares fundaba el club Otoshi Gimnasio donde ejerce como profesor y director técnico. «El primer Dan lo conseguí en 1978 y desde ese año y primera vez he continuando sacando grados hasta el actual que se me concedió por mis méritos personales dentro de la Federación de Castilla y León de kárate. Ahora del octavo al noveno tengo que esperar como mínimo nueve años, un tiempo que no veo imposible aunque tendrá que acompañarme la salud», precisa.
Respecto al grado de cinturón negro octavo Dan Carlos Llamazares precisa que haberlo logrado «no ha resultado nada fácil. Hay que tener un buen bagaje dentro de la Federación Española y de la de Castilla y León. Esos danes se reservan para los profesionales, los que tiramos del carro de este deporte. Además también nos tiene que acompañar la faceta física porque si no podemos practicar porque el kárate es también físico».
Llamazares García es también primer cinturón Dan de Tai-Jitsu de defensa personal y ostenta el cargo de director técnico de Tai-Jitsu en la Federación de Kárate de Castilla y León. En la actualidad ejerce la dirección de la Escuela Municipal de Kárate de Bembibre donde también es profesor. En su gimnasio de Ponferrada cuenta con un centenar de alumnos. «Y no me quejo porque sigo sacando cinturones negros con diferentes grados hacia adelante y evidentemente quejarse sería de tontos». Hasta la fecha podía dar hasta el tercer Dan y ahora con su octavo puede hacerlo hasta el cuarto. «Alumnos míos han llegado hasta el sexto».