CICLISMO
Tom Dumoulin demuestra en Oropa que va muy en serio en este Giro
La 'maglia rosa' gana la etapa y araña con bonificación incluida 24 segundos a Quintana en el territorio del colombiano
Tom Dumoulin va muy en serio en este Giro del centenario. Tanto que hasta se luce ganando en lo que se podrían denominar como los territorios de Nairo Quintana. Es el más fuerte, es el mejor, es, sin duda alguna, el máximo candidato a conseguir la victoria en Milán cuando faltan los Dolomitas en el escenario. Dumoulin no es un escalador, pero sube tan bien o incluso mejor que los más finos, como Quintana, el único que se atrevió a atacar con firmeza, como era su obligación, a un ciclista holandés de 27 años que en muchos aspectos recuerda a Miguel Induráin. Y por esa misma razón, si nadie pensaba que el campeón navarro podía perder un Giro cuando iba líder de la general a falta de una semana, ¿por qué hay que dudar ahora de Dumoulin?
Cuando el martes pasado ganó la contrarreloj principal de la carrera surgían algunas dudas. ¿Tiene equipo para controlar la carrera? ¿Comenzará a perder tiempo en la primera montaña importante que se cruce en su camino? Pues su equipo, por ahora, no ha fallado y cuando Dumoulin en el primer obstáculo serio, la subida a Oropa, se ha encontrado solo en cabeza de carrera, sin gregarios, como el resto de contrincantes, no solo no ha fallado si no que se ha permitido ganar la etapa y arañar 24 segundos (incluyendo la bonificación) aQuintana, quien se fugó y a quien Dumoulin controló en la distancia pero sin perder nunca más de 10 segundos con el líder del Movistar.
EL PRECEDENTE DE LA VUELTA
A Dumoulin se le recuerda hace dos años yendo de líder en la Vuelta. Allí presentó sus credenciales con solo 25 años, actualmente una edad muy temprana en un ciclismo cuyas figuras amplían su vida profesional casi en el límite de los 40. Pero todavía era joven y en la penúltima etapa, por la sierra de Madrid y Segovia, sucumbió ante el empuje de Fabio Parra. Sin embargo, a este Giro ha llegado mucho más fortalecido, con más veteranía, con más saber estar y, sobre todo, más firme y mejor que el resto de rivales incluyendo a Quintana. ¿Si ha ganado la gran contrarreloj de la carrera y se ha impuesto en la primera llegada en alto que ha afrontado como líder por qué dudar de él?
Quintana atacó a 4 kilómetros de la cima del santuario de Oropa.Dumoulin no se impacientó, como había hecho en el Giro Induráincon Claudio Chiappucci. Y, al igual que el corredor navarro hacía hace dos décadas, puso un ritmo constante, sin los tirones propios de los escaladores que llevaba enganchados a su rueda como por ejemploMikel Landa que intentó pelear por la victoria.
LAS DIFERENCIAS CON INDURÁIN
Y solo se diferenció de Induráin en cómo actuó en los metros finales tras capturar a Quintana a falta de kilómetro y medio para la cima.Induráin, con el trabajo bien hecho, con su cabeza pensando en que no valían los esfuerzos suplementarios si peleaba por la victoria final, habría dejado la gloria de la etapa para otros. Dumoulin, en cambio,luchó por el triunfo, esprintó y allí fue donde Quintana, agotado por los ataques anteriores, perdió su rueda y cedió unos segundos.
Induráin solo habrá uno; uno que ganó cinco Tours y dos Giros.Dumoulin todavía debe adjudicarse este Giro y el Tour, con Chris Froome en el reparto, todavía parece muy lejano para él. YQuintana debe empezar a pensar que si quiere derrotar aDumoulin no le bastará con atacarlo en los últimos kilómetros del puerto final, sino que debe tratar de emboscarlo aprovechando el potencial del Movistar. Hay Giro, por supuesto, pero desde este sábado la ronda italiana es un poco más holandesa.