A dos pasos de ligar bronce
L lega el primer acto de la eliminatoria decisiva para recuperar la categoría perdida, tras una primera parte de la liga regular ocupando una de las dos primeras posiciones del grupo. Superadas con éxito las dos confrontaciones anteriores, el sorteo ha querido que un equipo filial de un conjunto de Primera División sea el último obstáculo, para el regreso a la categoría de bronce. El primer paso debe ser hacer los deberes en Eibar, para luego poner el colofón en Astorga.
Nada es fácil y menos llegados a esta altura. Cualquier equipo tiene sus dificultades, porque para eso han llegado hasta aquí. La confianza no puede tener cabida, al no existir margen de error, ya que experiencia tiene gran parte de la plantilla en estas lides. La concentración, saber manejar la ansiedad, llevar la iniciativa en el terreno de juego, así como cambiar la dinámica durante el transcurso del ‘match’ serán cualidades que pueden marcar el desarrollo de esta eliminatoria.
Ser un filial tiene sus características, donde las ganas de mejorar son innatas, siendo ésta su mejor virtud. No por ello va a cambiar su estilo y forma de juego, donde su juventud también cuenta. En una final, aunque sea a doble partido, deben aparecer todos los sentidos con gran concentración desde que el balón comience a rodar. No hay momentos de relajación, si no de intensidad constante y el olfato goleador tiene que entrar en acción. Muchos componentes del conjunto maragato han sido integrantes de un equipo filial en temporadas anteriores, por lo que la sorpresa no pude tener espacio, ni las dudas su aparición.
Es el momento decisivo de una plantilla que debe culminar con éxito la temporada, donde la mezcla de veteranía y juventud debe demostrar su capacidad, calidad y categoría, donde el máximo goleador Roberto Puente deje su huella en forma de goles, y la afición anime y aliente para llevar a su Atlético Astorga en volandas. Primera parada: Vitoria.