Viejos tiempos en el Reino
El Reino se vestirá de gala para recibir un duelo astur-leonés entre Cultural y Sporting en un día no muy común, y poco favorable para el desplazamiento de aficionados desde la vecina tierra asturiana, pero quien manda... manda. Y es que don dinero no entiende de relaciones, y menos los que lo manejan y deciden. Hay que echar la mirada muy atrás para hacer memoria de un enfrentamiento en competición liguera entre ambos equipos, y es que la trayectoria de estos conjuntos ha sido bien distinta.
La visita del Sporting crea expectación, siendo una de las fechas señaladas por el club culturalista y su afición. Los vínculos entre las dos ciudades son grandes desde tiempos lejanos, certificados por la gran implicación de ambos entornos en cualquier actividad a desarrollar sea del índole que sea. Aquí el fútbol es la estrella, los jugadores los actores principales y las aficiones los motores del evento, para formar todo ello un espectáculo deportivo y un acontecimiento de primera fila.
En lo meramente competitivo, la diferencia entre los dos equipos en la tabla es mínima, dos puntos, siendo los objetivos de uno y de otro diferentes. En choques de este tipo el favoritismo no existe y la capacidad de adaptación al ‘match’ puede resultar determinante en un encuentro abierto, donde las ganas y la motivación tendrán algo que decir. La combinación del armamento ofensivo con el aspecto defensivo da un plus fundamental que se ve reflejado en el transcurso del partido.
Jugar de una manera atrevida tiene sus consecuencias, y cualquier error por pequeño que sea tiene su precio. Las diferencias son mínimas y los detalles por pequeños que sean resultan determinantes para decidir el encuentro a uno u otro lado. Ocho jornadas dicen a las claras de lo que es esta categoría, donde los puntos cuesta conseguirlos y el resultado prima por encima de todo. El espectáculo está asegurado y el atractivo no tiene duda, a partir de ahí sólo queda que los tenores afinen la voz y los goles hagan su aparición.