asobal y liga de campeones
Dos finales para levantar el ánimo
Al Ademar, tras «tocar fondo», sólo le vale ganar en Rumanía y en Pamplona.
Juanjo lanza a la portería defendida por Hombrados durante el Ademar-Guadalajara. FERNANDO OTERO
sergio c. anuncibay | león
El Abanca Ademar ha «tocado fondo». Lo subrayó el miércoles Rafa Guijosa después de ver como el Guadalajara les pasaba por encima (20-26). No puso paños calientes. Ni apoyó este mal momento en el cansancio acumulado por tanto partido. Habló de confianza, acierto y equipo. Esa es su receta para salir del bache cuanto antes.
El domingo visitan al Dinamo de Bucarest y el sábado siguiente viajan a la cancha del Anaitasauna, que, junto al Barcelona, es el único club de Asobal que aún no ha perdido.
Los leoneses afrontan, por tanto, dos finales para cerrar una herida que todavía supura después de cuatro derrotas en los últimos cinco compromisos, dos consecutivas en el Palacio. Necesitan ganar en Rumanía para sobrevivir al grupo de Champions. Y, sobre todo, deben asaltar la ‘Catedral’ si no quieren que los navarros cojan demasiada ventaja en la lucha por ese segundo puesto que con tanto trabajo se ganaron los de Guijosa la temporada anterior. Hay en estos momentos cuatro puntos de diferencia.
Eso ha hecho que las alarmas estén encendidas en el Abanca Ademar, desconocido en defensa en algunos encuentros de la actual campaña y, principalmente, obtuso en ataque. No es normal que frente a los castellano manchegos fallaran más de la mitad de los lanzamientos. Algo parecido ocurrió frente al Elverum. También en casa.
Pero la confianza en el grupo es total, a pesar de que se eche en falta más protagonismo de Pedrag Vejin, el último en llegar. Su rendimiento está lejos del que mostró en su anterior etapa en León. Tampoco ha vuelto la mejor versión de Acacio, que aún necesita algo más de tiempo para recuperar la confianza y dejar atrás esa lesión que le apartó de las pistas durante una temporada larga.
En ese sentido, el capitán Gonzalo Carou aseguró ayer a Efe que ve al equipo «capacitado y con hambre» para darle la vuelta a esta situación. No obstante, relativizó la crisis, aunque sí reconoció que no pasan por un buen momento de juego.
Habló también del cansancio acumulado por compaginar dos competiciones tan exigentes como la liga española y la Champions. «El desgaste físico y mental es indudable y por eso fue tan asombrosa la primera vuelta de Liga de Logroño el año pasado cuando sólo se dejó cuatro puntos», analizó. Si bien, espera que el bloque leonés muestre una cara bien distinta en los dos próximos choques «porque no es normal tanto desacierto».