Ramón, el sol volverá a brillar

R amón sé que tu dolor no te deja ver el sol, pero estoy seguro de que volverá a brillar. El corazón llora por lo que has perdido. Tienes que pensar que tu bondad, tu optimismo y tu manera de ver la vida me ha levantado el ánimo en muchas ocasiones. Tienes que superar el dolor que sufres al igual que siempre has dado una caricia a los que se acercan a ti. La oscuridad no debe acompañarte porque tu carácter siempre ha sido claro, al igual que tu alma limpia, sin dobleces ni apariencias. Llegas a la gente por tu manera de ser, de razonar, de sonreír. Sé que crees que tu trayecto se ha truncado. Un golpe impensable e inimaginable. Es la pérdida de lo más querido en la vida. Pero tienes que seguir caminando, mirar hacia delante, despertarte de esa pesadilla. Todos tenemos una cruz que llevar en esta vida. No es por consolarte, pero irradias optimismo a los que te rodean. Todavía recuerdo y no lo olvidaré mientras viva el balón de los sueños que diste a uno de los míos, aunque realmente me lo entregaste a mí. Me llenó de orgullo tu detalle. Y detalles son los que llenan la vida que vivimos. Tienes el alma rota, pero viva. Tienes que escupir el dolor, masticarlo y condensarlo entre las lágrimas que brotan con el recuerdo. Después de las lágrimas sólo queda serenidad. El recuerdo imprescindible y su felicidad sonriente bajo el sol. Su recuerdo vivo por siempre, como en una fotografía, perfecta, maravillosa. Tienes a toda la familia contigo. A todo tu pueblo y a toda tu gente. Esa querida gente de la Peña. Y Franco nunca te falla.