La defensa de la Cultural volvió a convertirse en el carro de la alegría

A. Diez | TENERIFE

Llueve sobre mojado. Errores arbitrales al margen (a la Cultural se le anula un gol por fuera de juego de Rodri y a continuación le da validez al tanto inicial del Tenerife marcado por Malbasic en idéntica situación de Rodri), lo cierto es que la defensa leonesa fue una auténtica verbena, o lo que es igual, el carro de la alegría porque por donde pasa hay fiesta.

Ángel Bastos falló en el primer gol con un pase a la espalda al que no supieron responder ninguno de los centrales, para a continuación llegar una jugada similar, ahora con Viti como protagonista, que acabó con un penalti cometido por Jesús Fernández, que detuvo su lanzamiento, pero el rechace del balón fue rematado por Longo ante la pasividad de una retaguardia que no supo reaccionar para despejar el esférico. Estos dos errores, que podrían decirse puntuales si no fuera porque se repiten un partido sí y otro también, además de los fallos en el remate ante la portería rival, condenaron al equipo leonés a regresar de vacío de tierras tinerfeñas a pesar de hacer méritos para sacar algo positivo.

Rubén de la Barrera tendría que comenzar a replantearse la situación defensiva del equipo y dar alguna oportunidad a jugadores condenados al ostracismo como el caso de Manu, un futbolista con experiencia en esta categoría, fichado del Lugo y que puede caer en la desmotivación al no contar, o al menos así lo parece, para el técnico coruñés.

La posesión del balón si carece de profundidad, acciones ofensivas ante la meta rival y acierto en el remate no sirve para nada. La Cultural hace agua en defensa y nadie lo corrige.