Lucía Alonso, galones en Arizona y en la NCAA

MIGUEL ÁNGEL TRANCA | LEÓN

Hace un año hacía las maletas rumbo a Estados Unidos. No era la primera. Ese camino lo habían abierto jugadoras como Lucía Pablos, Ángela Salvadores o Marina Ramón. Y ahora le tocaba a ella. Una base con extraordinario talento, capaz de dirigir el juego y de anotar, que tras brillar y convertirse en líder en el Aros León donde se formó como baloncestista, decidía dar el salto a la NCAA, la liga universitaria norteamericana y cantera de las grandes estrellas de la WNBA.

Su destino no podía ser otro que un equipo con opciones y nivel para luchar por cosas importantes. Medalla en el Mundial 3x3 en la categoría sub-18 donde también lograba la plata (con anterioridad se colgaba el bronce en el Europeo U16), Lucía Alonso apuntaba en el mapa Arizona. Y allí a las Wildcats, uno de las universidades que aparecen en el top-10.

Lucía, considerada como uno de las jugadoras con más talento de su generación y también candidata a liderar a la selección absoluta en los próximos años, demostraba en su primer año en la universidad americana su clase hasta el punto de ganarse, a pesar de su condición de novata, un puesto en el quinteto titular. Su capacidad para dirigir al equipo desde la posición de base quedaba contrastada. Pero también su mano y eficacia ante el aro. Prueba de ello es que se convertía en la jugadora con mejor porcentaje de las Arizona Wildcats llegando a un 43% en los lanzamientos de dos puntos alcanzando también el segundo peldaño histórico del centro.

Protagonista en 27 de los 30 encuentros que las ‘sun devils’ disputaron a lo largo de la competición, la base de 19 años formada en la cantera del Aros León se ganaba a pulso su condición de referente en el ‘roster’ del entrenador Adia Barnes. Y también la confianza de sus compañeras que han visto a Lucía en uno de los pilares para pujar por cotas importantes, primero en la Pacific 12 Conference de la que forma parte el equipo y posteriormente, si alcanza la clasificación, poder luchar en la fase final.

Si la pasada temporada fue notable tanto a nivel personal como colectivo para la leonesa, en la presente que iniciaba el pasado 10 de noviembre, los augurios son incluso mejores. Así lo demostraba en el primer envite frente a Iona con un solvente triunfo por 71-58 al que contribuía Lucía con puntos pero también con asistencias siendo la jugadora de las Arizona Wildcats con más minutos en la pista, 40.

Un buen inicio para esta ‘sophomore’ (calificativo que se le da en la competición estadounidense a las jugadoras de segundo año) en una temporada, la segunda para ella (su idea es estar al menos cuatro años compaginando su faceta de jugadora con los estudios de medicina), exigente y en la que tendrá por delante al menos una treintena de partidos frente a rivales de la talla de Long Beach, Loyola Marymount, Utah State, Nuevo México, Colorado, Oregon, Washington State, California, Stanford, Hawai y North Arizona, entre otros.

Precisamente el próximo rival para las ‘sun devils’ (diablos del sol) será el 17 de este mes la universidad de Utah State ante la que la leonesa y sus compañeras buscarán sumar un nuevo triunfo con el que consolidar su puesto en la clasificación y opciones para igualar sus mejores registros en la NCAA I femenina metiéndose en la fase final. Y como una de sus protagonistas a una Lucía Alonso que el año pasado iniciaba una nueva aventura deportiva a varios miles de kilómetros de su casa que está resultando incluso más satisfactoria de lo que esperaba. Consolidada ya como una de las jugadoras franquicia de las Arizona Wildcats, su reto ahora pasa por llevar al equipo lo más alto posible y de paso crecer como jugadora para que ese protagonismo que tiene en la NCAA y en las categorías inferiores de la selección española se traslade en un plazo razonable de tiempo a la selección absoluta.