«Los resultados de esta apuesta en vida son nefastos para la persona»

Israel González Barro, psicólogo del HM Clínica San Francisco, reflexiona sobre la ludopatía, que califica como un trastorno mental que «viene marcado por la imposibilidad de controlar un impulso o tentación». Pero va más allá. Habla de una sociedad «consumista y voraz» para ilustrar parte del problema. «Se han sacrificado las relaciones humanas y afectivas», lo que genera —subraya— enormes vacíos emocionales y un aliado perfecto, el dinero». Considera que la pérdida de esos valores «potencia el auge de este perfil de personalidad, un jugador patológico cuyo sueño enfermizo es el dinero», apunta. Si bien, insiste en que el juego por sí mismo «no es algo dañino». Todo lo contrario. «Ha sido muy importante en la transmisión de valores culturales y sociales, pero lamentablemente mucho de eso pertenece al pasado y los valores actuales son el caldo de cultivo perfecto para que muchas personas encuentren en las apuestas deportivas una salida para rellenar esos enormes agujeros negros emocionales», continúa González Barro, quien reitera que «con el avance de las nuevas tecnologías, el aumento de los jóvenes enganchados a la Red es muy significativo».

Lo justifica por la «rapidez, sencillez, comodidad y, sobre todo el anonimato» que ofrecen este tipo de juegos. «Ni si quiera tienen que dar la cara», afirma. «Evidentemente los resultados de esta apuesta en vida son nefastos para quien tiene esa adicción», advierte este psicólogo, consciente de que, incluso, el ludópata puede cometer actos ilegales para cubrir las pérdidas. «Falsificación, fraude o robo son varios de los comportamientos delictivos asociados a este tipo de perfil», enumera.

Del mismo modo ha observado como «muchos jugadores buscan con el paso del tiempo un nivel de excitación más alto, por lo que suben las cantidades apostadas». Todo acaba en «ansiedad, culpa, tristeza, problemas laborales y ruptura de las relaciones sociales».