Diario de León

CAZA

Monteros, la otra cara de la caza

A pesar de su segundo plano son vitales para que la jornada llegue a buen puerto.

Parte de los monteros de la sociedad de cazadores Vega Alion. DL

Parte de los monteros de la sociedad de cazadores Vega Alion. DL

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León

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M. ÁNGEL TRANCA | LEÓN

Son la otra cara de la caza, la menos visible, pero no con ello la menos importante y necesaria. Se trata de los rehaleros, monteros perreros o batidores... gente en suma entregada en cuerpo y alma a su bien mas preciado: sus perros.

Cada jornada de caza comienza temprano preparando el medio de transporte para ellos y colocando las emisoras (elemento crucial para saber en cada momento la posición del perro, si esta cerca, si se aleja, si esta parado, donde se encuentra). Dadas las instrucciones necesarias para comenzar la batida, no sin antes revisar concienzudamente las medidas de seguridad, los monteros comienzan a rastrear con sus perros cada palmo de la mancha a batir. El agudizado olfato la destreza y la habilidad son sus armas de trabajo. No dejan un rincón sin mirar. No es obstáculo para ellos ningún escobal, un brezal una montaña por alta que sea. Trabajo duro que no será impedimento para ninguno de los dos compañeros infatigables. Llueva, nieve, haga frío... nada les detendrá. Su fin solo es una sorprender al jabalí encamado y con habilidad encaminarlo al lugar concreto donde los cazadores, atentos con aplomo y por los ladridos atronadores de los perros y la pericia de los monteros, los esperarán. En breves momentos la pieza saldrá a su puesto. Ahí con destreza tendrán que darle alcance.

Vital será para el perro y ese será su mas codiciado premio, el llegar al jabalí abatido y desfogarse ladrando estrepitosamente mordiendo con ímpetu donde descargará toda su adrenalina contenida desde el momento en el que comenzó su persecución. Una, dos, tres y tantas veces como sea necesario tanto dueño como perro comenzarán otra aventura hasta que la mancha a batir quede totalmente rastreada. Concluye la jornada de caza y son ellos incansables los últimos en abandonar el monte, buscando a sus perros que aun andan sueltos olfateando sin cesar mas rastros de jabalíes.

Nunca dejarán a un perro sin recoger en el monte recorriendo los kilómetros y el tiempo necesario. Será crucial para ellos el tener a sus perros recogidos y ningún obstáculo les hará abandonarlos en el monte. Con orgullo comentarán sus dueños la hazaña para la cual ha sido adiestrado durante tanto tiempo.

Ellos y sus perros son los verdaderos dueños del monte.

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