RALLY
Loeb le roba la cartera a Sainz
El francés, primero, y el español, segundo, salen ilesos de una etapa trampa.
d. s. de castro | lima
El francés Sébastien Loeb (Peugeot) se impuso ayer, en coches, en la cuarta etapa del Dakar, la más exigente de las cinco que se corren sobre el desierto de Perú, por delante del español Carlos Sainz (Peugeot), que terminó a un minuto y 35 segundos de su compañero de equipo. En tercer lugar quedó el francés Stéphane Peterhansel (Peugeot), a 3 minutos y 16 segundos de su compatriota, lo que le permite conservar la primera plaza de la clasificación general del rally.
Tanto el catarí Nasser Al-Attiyah (Toyota) como el francés Cyril Despres (Peugeot) tuvieron problemas durante la jornada y el primero entró a más de 54 minutos de Loeb, mientras que el segundo, al cierre de esta edición, todavía no había cruzado la meta, por lo que se disipan sus opciones de ganar el rally. El argentino Lucio Álvarez (Toyota) terminó en la sexta plaza, a más de 41 minutos del tiempo marcado por el ganador del día.
La cuarta etapa de este Dakar, que tuvo como punto de partida y llegada la ciudad peruana de San Juan de Marcona, fue la más exigente de las cinco que se corren sobre el desierto peruano, con un tramo de hasta 100 kilómetros consecutivos de dunas, uno de los más largos en toda la historia del Dakar.
El aventurero leonés resistió al menos hasta el último punto de control e incluso remontó, aunque de forma virtual, varias plazas en la clasificación. De hecho, al cierre de esta edición ocupaba el puesto cuarenta y había perdido únicamente algo más de dos horas con Loeb. Si bien, aún le faltaba por completar el último tramo del trazado, donde la arena puede convertirse en una auténtica pesadilla.
Desde la salida, ya se preveía que iba a ser una etapa espectacular. Las playas a orillas del océano Pacífico dejaron una estampa que, en todas las categorías, quedó grabada en la retina de los aficionados. Las motos, en filas de a 15, y los coches, de a cuatro, fueron saliendo para arrancar una larga carrera que comenzó con 100 kilómetros por dunas, que obligaron a todos los corredores a extremar las precauciones y, sobre todo, dosificar los esfuerzos para la recta final atravesando cañones. Pocos pensaban que las bellas imágenes de la salida iban a ser los prolegómenos de un día de perros para los favoritos.
Primero cayó Sam Sunderland. El campeón y líder en motos tuvo que abandonar por problemas en la espalda, con lo que deja sin defensor del trofeo Touareg a las dos ruedas. La dureza de la jornada, que acabó entre cañones de roca, también le costó sus opciones a Al-Attiyah, Despres y De Villiers, tres firmes candidatos a victoria del raid en su llegada a Córdoba.
Tras la pifia del lunes, la larga etapa de este martes era una oportunidad de oro para Joan Barreda para volver a subirse al carro de los primeros. Como para el resto, no fue una jornada fácil. Comenzó tirando del grupo. Se llevó consigo a Adrien Van Beveren, otro de los que tuvo problemas el día anterior con la navegación, y a otros seis ‘motards’, entre los que se encontraba un Jonathan Barragan que en cuanto pisó la zona más pedregosa se sintió como en casa.
Pese a un susto antes del segundo punto de control, situado en el quinto ‘waypoint’ de la larga especial de este martes por el que perdió más de ocho minutos, los recuperó en la reanudación para afrontar los últimos kilómetros muy cerca de Van Beveren. No obstante, en la recta final hubo más lío del previsto: se perdió todo el grupo de cabeza. Hasta 15 corredores se quedaron estancados en el kilómetro 226 de la especial, lo que a la postre permitió a Van Beveren afrontar los últimos tramos de la jornada con comodidad. Fue el único que se salvó, en un día en el que dejó a De Soultrait a cinco minutos, a Quintanilla a más de siete o a Barreda a diez, justo delante de Gerard Farrés. El mejor español fue Dani Oliveras, que en medio del caos logró una meritoria sexta posición, a poco más de ocho minutos y medio.