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Plebiscito en el Bernabéu

El alicaído Real Madrid recibe al Villarreal con la misión de demostrar que la arenga de Zidane surte efecto Ramos, Benzema, Achraf y Llorente, ausencias.

Gareth Bale durante el entrenamiento que el equipo merengue realizó ayer en Valdebebas. J. J. GUILLÉN

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León

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ÓCAR BELLOT | MADRID

El Villarreal visita este sábado el Santiago Bernabéu para medirse (16.15 horas/beIN Sports)al Real Madrid en un duelo que se ha convertido en un auténtico plebiscito para el vigente campeón de Liga y Champions. El empate cosechado por los blancos en Balaídos la pasada jornada, sumado a las tablas que arrancó el Numancia en Copa y el doloroso recuerdo de la derrota en el clásico del pasado 23 de diciembre han colocado a Zinedine Zidane en la situación más delicada desde que arribase al banquillo del paseo de La Castellana. A 16 puntos del Barça aunque con un partido menos, el horizonte liguero se presenta muy oscuro, por mucho que el técnico repita que su equipo aún está vivo en todas las competiciones y que no está «tan mal como se dice». Lo que el curso pasado era un reguero de alabanzas por su gestión del grupo ha mutado en un caudal de reproches y el único dique de contención posible son las victorias, esas que últimamente le son tan esquivas. El triunfo ante el conjunto castellonense resulta imperativo para no agravar el enfado de la afición y demostrar que la arenga del entrenador a sus pupilos el miércoles en Valdebebas no ha caído en saco roto.

Cinco empates y dos derrotas -ante Betis y Barcelona- han convertido el feudo blanco en un escenario permeable para los rivales. Sólo el Sevilla salió escaldado con contundencia de su visita al Santiago Bernabéu, donde el Real Madrid acumula ya tantos tropiezos como en toda la campaña pasada entre todas las competiciones. No sabe lo que es ganar allí el Villarreal, que ha claudicado en 13 de sus 18 partidos anteriores en el coliseo de Chamartín. Los cinco restantes se saldaron con empate. El último de ellos, el curso pasado, cuando puso la primera mácula en el hasta entonces impecable expediente que presentaba la escuadra de Zidane en calidad de anfitriona. Aquello fue apenas un toque de atención a un conjunto que venía de hacer pleno en las cuatro primeras jornadas. Una nueva estocada agravaría ahora la mayor crisis de la institución que preside Florentino Pérez desde la que provocó la destitución de Rafa Benítez y su sustitución por Zinedine Zidane.