LA REVOLUCIÓN AERODINÁMICA
Branquias y aletas de tiburón en las cúpulas de MotoGP
La idea original de Ducati ha sido imitada por Honda, Yamaha, Suzuki, Aprilia y KTM y todas las motos llevan ya apéndices aerodinámicos. Las altas que provocaron el escándalo hace años serán utilizadas por todas las marcas en el Mundial, que arrancará, en marzo, en Catar
Hace un par de años, Ducati ideó las alas, que algunos llamando aleones, otros 'wings' o 'winglets'. Pero eran, sin, duda unos apéndices reglamentarios y reglamentados, a ambos lados de la cúpula de su 'Desmosedici', que contribuían a crear dos efectos muy beneficiosos para mejorar el pilotaje. Por un lado reducía el denominado efecto 'wheelie', que son las molestias vibraciones, y por otro, mantenía la rueda delantera pegada al suelo, mejorando la apurada de frenada.
En un primer instante hubo ciertas risas en el 'paddock', pero el magnífico rendimiento global de las Ducati provocó que muchos pilotos empezasen a creer que, en efecto, aquellos apéndices eran muy beneficiosos. Ahí fue cuando se oyó decir a Marc Márquez «les he dicho a los de Honda que estudien esas alas pues, si van bien, las quiero en mi Honda».
También empezó a hablarse de la peligrosidad de esos apéndices. El que más habló y criticó fue el deslenguado Cal Crutchlow (Honda), con esa forma tan graciosa, pero durísima, de decir las cosas. «Un día tendremos un problema gordo, un día uno de nosotros se caerá con una Ducati al lado y una de esas alitas nos cortará una mano».
LAS PROTESTAS DE HONDA
Los cierto es que Honda, especialmente Honda, empezó a hacer ruido para que las prohibiesen y, al final, lo consiguió. La organización del Mundial dijo que no las quería «porque no queremos que se produzca una carrera de inversión, de despilfarro económico en plan F-1, en investigación aerodinámica».
Pero, hecha la ley, hecha la trampa. Las fábricas, los grandes equipos, sí, sí, también Honda, empezaron a trabajar en alas ocultas dentro del carenado y, sobre todo, la gran revolución volvió a llegar de la mano de Ducati y el túnel de viento de Audi, su dueña, con la aparición de esos orificios, agujeros o branquias de tiburón-ballena, que ya han imitado todos, incluida Honda.
«Nos quitaron las alas y, cuando sacamos la nueva cúpula en Brno, empezaron a hablar también de su peligrosidad. Lo que tienen que hacer las otras marcas es trabajar, pensar e investigar en la dirección de Ducati y no prohibir, prohibir y prohibir», ha comentado Lorenzo, ahora que todo el mundo usa ya extravagantes cúpulas como las de Honda o aletas como las de Yamaha y Suzuki. «Hemos de probarlo todo, pues no siempre son beneficiosas esas cúpulas, ya que depende del trazado, de las curvas, de la recta, no todo son ventajas, no», ha comentado Márquez tras probar las soluciones que Honda llevó, la pasada semana, a los primeros test de pretemporada.
«Yo flipo, de verdad», critica Aleix Espargaró (Aprilia), que no tiene pelos en la lengua. «Yo creo que en esos agujeros, en una caída, se puede meter un puño de gas o una maneta de freno o embrague de la otra moto. No sé, a mi me parece tan peligrosa como las alas. Veo esa cúpula mucho más ancha de delante que la antigua. Y, la verdad, a menudo viendo estas soluciones revolucionarias, extremas, pienso que o nosotros somos tontos o los demás son muy listos».
Lo que es evidente es que el intento de abaratar MotoGP con la nueva reglamentación ha provocado el efecto inverso: todas las fábricas han invertido un montón de dinero en investigación y desarrollo de cúpulas, branquias o alas para sus motos. «La verdad, aquella prohibición no ha servido de nada. Ahora, todos llevamos alas, de una u otra forma, tamaño o posición, pero todos llevamos», sentenció Valentino Rossi, en Malasia.