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LA ENTREVISTA

«A final de esta temporada tendremos ya el proyecto del nuevo pabellón»

Cayetano Franco / Presidente del Abanca Ademar

El presidente del Abanca Ademar, Cayetano Franco, durante la entrevista en la que analizó toda la actualidad del club. SECUNDINO PÉREZ

Publicado por
SERGIO C. ANUNCIBAY | LEÓN
León

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Cayetano Franco lleva cuatro años y medio al frente del Abanca Ademar. Cuando llegó, el club debía 1,2 millones de euros y navegaba por aguas turbulentas. No lo tuvo fácil, «sobre todo el primer año, que fue una auténtica odisea». Recuerda como «cada ocho días aparecían deudas no previstas o alguna denuncia» inesperada.

Ahora el escenario es completamente diferente. Está a punto de liquidar el último pago importante del convenio de acreedores, «unos 120.000 euros», lo que dejará las cuentas prácticamente saneadas. Ese dinero lo aprovechará para mejorar los contratos de Álex Costoya, Juanjo Fernández y Sebas Simonet. Quiere renovar a los tres y les hará «la mejor oferta posible». También considera prioritaria la continuidad de Gonzalo Carou, aunque en ese caso en unas condiciones similares a las actuales.

Igualmente, le gustaría dejar el club con algún título más en la vitrina, aunque sabe que es «muy complicado». Y ni mucho menos renuncia a la construcción del nuevo pabellón. Asegura que las gestiones con el Ayuntamiento «están muy avanzadas» para la cesión de la parcela y pretende tener el proyecto este mismo curso.

—Cuatro años y medio al frente del club. Del posible descenso a la Liga de Campeones. ¿Ha sido una transición dura?

—Evidentemente ha sido una travesía complicada, sobre todo el primer año, que fue una verdadera odisea porque cada ocho días nos aparecía alguna cosa nueva respecto a deudas no previstas o denuncias de las que no teníamos conocimiento. Al final, pudimos cumplir con los pagos porque las administraciones nos ayudaron y las empresas se portaron magníficamente. El Ayuntamiento nos liquidó en tiempo y forma gracias a ese pago a proveedores que puso en marcha el Gobierno. Después firmamos el primer año con Abanca y los socios siempre estuvieron al lado del club. Así pudimos pasar ese primer mes y medio en el que o pagabas o descendías de categoría porque no hacías frente a los avales. No esperábamos muchas de las deudas que había.

—¿Qué deuda encontró cuando llegó a la presidencia?

—Cuando llegamos había 1,2 millones de euros de deuda y el primer año teníamos que hacer frente a prácticamente la mitad porque algunas partidas debíamos saldarlas casi de forma automática, ese mismo mes. Sin la ayuda de las administraciones no hubiéramos sido capaces de salir adelante.

—Y ahora, ¿Cómo están las cuentas?

—Ahora mismo queda un plazo de unos 120.000 euros que pagaremos al final de esta temporada. Después tendremos otros cinco años para afrontar los 75.000 restantes, que corresponden a sanciones y demoras con la Seguridad Social y Hacienda. Hablamos de unos 15.000 euros anuales, nada que ver con lo anterior. Lo llevaremos con más tranquilidad. Podemos decir que la deuda quedará prácticamente liquidada en junio.

—Ayudaron las administraciones y los socios, pero también la cantera.

—Armamos un equipo con mucha gente nueva y joven. Apostamos por un entrenador de la casa y, deportivamente, no salió nada mal. Nos volvimos a clasificar para la EHF. Fue muy importante la cantera porque prácticamente el sesenta por ciento de los jugadores se habían formado en el club. Tomaron la decisión de jugar en el Ademar a pesar de que había muchas limitaciones económicas. Ese compromiso permitió que salváramos el primer año, que era el más difícil.

—Y la plantilla, cada temporada un poco mejor. ¿Darán un paso más la próxima campaña?

—El presupuesto va a ser el mismo, aunque tendremos más recursos para destinarlos a los jugadores. La plantilla será un poco mejor, pero muy poco porque la ficha de los jugadores que van a continuar sube algo y, además, a los que terminan contrato tendremos que hacerles una oferta que mejore sus condiciones. Prácticamente todo el importe que queda libre lo absorbe esa subida de sueldo. Tenemos que hacer un esfuerzo para retenerlos.

—¿A todos? Hay seis jugadores, además de Cupara, que terminan contrato.

—En principio queremos renovar a los cuatro más importantes, es decir, a Costoya, Juanjo, Simonet y Gonzalo. Ese va a ser nuestro primer paso.

—¿Las ofertas serán inamovibles?

—Normalmente, cuando doy un precio es muy difícil que lo cambie. Si le digo a alguien te podemos pagar tanto es complicado que luego le dé otra cantidad. A mí esa forma de negociar no me gusta, ni en el deporte ni en mi empresa. Les vamos a hacer la mejor oferta dentro de nuestras posibilidades, con un aumento significativo, excepto a Gonzalo. En su caso vamos a ver si podemos mantener sus condiciones actuales. Su rendimiento es magnífico, como su profesionalidad, pero no podemos olvidar que tiene 38 años. El resto van a tener un aumento importante en la ficha. Veremos a ver qué pretenden ellos y si no están tocados por equipos extranjeros, que pueden pagar mucho más que el Ademar.

—¿Por qué han tardado tanto en presentar las ofertas?

—Habíamos hablado ya con todos, pero no les hicimos una propuesta firme. Ha sido por una cuestión de agenda. Algunos ya tienen la oferta y el resto la tendrá en los próximos días.

—¿A Cupara lo dan por perdido?

—De momento no vamos a mover ficha porque resulta imposible llegar a lo que le paga el Kielce. Si en algún momento se dirigen a nosotros, trataremos de hablarlo, aunque es muy complicado porque si lo ceden buscarán algún club que pueda asumir su sueldo de forma íntegra.

—¿Van a apostar por un perfil similar para acompañar a Biosca?

—Ya estamos viendo cosas y le hemos tirado el anzuelo a un par de porteros promesas porque a uno consolidado no llegamos. Intentaremos traer a un portero de ciertas garantías aunque ya sabemos que los jugadores jóvenes pueden dar un rendimiento irregular. De todas formas, con la progresión de Nacho Biosca tendremos el puesto asegurado, pero ficharemos a otro compañero.

—Aún le quedan tres años largos al frente del club. ¿Qué le gustaría que pasara?

—Uno siempre sueña con tener algún título, aunque sea de los cortos, Asobal o Copa del Rey. Es muy complicado porque tendríamos que coger a todos los jugadores del Barcelona con diarrea, pero sería una satisfacción enorme acabar con algún título. Además, tenemos que continuar ahí arriba, en la Champions a ser posible y si no en la EHF, que también es una competición muy interesante. También me gustaría tener ese pabellón antes de que terminen estos cuatro años. Sería muy importante para la base. El Torneo Asisa lo tenemos que jugar repartidos por los Maristas, Sariegos, Hispánico, CHF y Ventas Oeste. Así cada día de entrenamientos. Es un caos total.

—¿Cómo va el proyecto?

—Lo tenemos en marcha. Al menos queríamos tener terminadas esas dos pistas cubiertas durante nuestra gestión para que entrenen los equipos de la cantera. Es un proyecto a largo plazo.

—¿Hay inversores interesados?

—Lo importantes es tener prácticamente el ochenta por ciento de la hipoteca garantizada con arrendamientos de los bajos y explotación de las distintas zonas del pabellón. Hay muchas cosas en marcha. Creo que a final de esta temporada tendremos el proyecto porque ya estamos muy avanzados con el Ayuntamiento en cuanto a la cesión de los terrenos. Cuando tengamos eso, podremos dirigirnos a las empresas para decirles aquí hay un local de tantos metros y vale esto. Afortunadamente hemos tenido varias peticiones. Ya hay cinco o seis compañías que se quieren instalar ahí. Ha preguntado una cafetería, una empresa que quiere poner sus oficinas en el pabellón, un gimnasio... Hay buenas intenciones pero todavía no tenemos nada cerrado. Vamos a ver si antes de que termine esta temporada tenemos definida la construcción y qué espacios quedan. A partir de ahí, podremos ofrecer los locales. Cada uno con sus necesidades y fijando el precio pensando en lo que nos tendremos que gastar de amortización. La idea es financiarlo con fondos propios.